En comisaría reciben los resultados de la autopsia del doctor Guray y se confirma que el vaso de agua que bebió antes de declarar contenía veneno. “Hay un infiltrado. No es la primera vez que pasan cosas… El permiso que Ömer obtuvo del fiscal se perdió”, sentencia Samy. No obstante, el propio Demir defiende a su equipo y como muestra de confianza les cuenta todos los detalles de la operación para detener a Metin.

A la mañana siguiente, Nilüfer aguarda impaciente en el puerto pero Metin recibe el aviso de que le ha tendido una trampa y no llega. “No estoy enfadado, entiendo que debías elegir y te quedaste con tu hermana Elif y sus amigos policías. Nunca dudes de mi amor y cuídate”, se despide de su amada en una llamada. De inmediato, Ömer y sus compañeros peinan la zona sin resultado y se desesperan.

Una vez más, los hombres de Tayar se han adelantado y llevan al joven a un sótano. Mientras, el malvado Dündar se reúne con Hüseyin en un desguace y le entrega dinero a cambio de uno de los diamantes.

Tras los últimos acontecimientos, Nilüfer está muy deprimida y Ömer permanece a su lado. Lejos de allí, Metin y Tayar se ven las caras y este último ordena a sus secuaces que tengan lista la ala de operaciones en un par de horas. “¿De verdad vas a matar a tu hijo?, le desafía el chico. Más tarde, convence a uno de los que le vigilan para que le traiga a Mert. “Soy Fatih Dündar, tu hermano”, confiesa tras recordarle algunos episodios de su infancia. No contento con esto, le exige que se aleje de su esposa: “De lo contrario te mataré. La conocí cuando la secuestré por orden de tu padre y nos enamoramos”.

Pasan los días y llega el momento decisivo. Tayar se presenta en la sala de operaciones dispuesto a acabar con Metin, pero cuando está a punto de hacerlo uno de sus secuaces le informa de que a Mert le urge verle. “No puedo creer la clase de persona que eres”, le reprocha lleno de rabia y decide abandonar la casa. Esta circunstancia la aprovecha Dündar para huir y trata de cruzar la frontera para unirse con su madre en Bulgaria. Sin embargo, Ömer ha montado exhaustivos controles y logra detenerlo. No es la única buena noticia ya que Samy cuenta a Elif que habló con el fiscal y consiguió que no prosperen los cargos en su contra por lavado de dinero.

Una vez en comisaría, Metin habla con Nilüfer y acepta colaborar, pero una nota que aparece en el baño le hace cambiar de parecer. “Ese desgraciado tiene a mi madre”, se lamenta. Ömer le promete que nada le pasará y tiende una trampa a los secuaces de Tayar para dar con ella.

A su vez, Arda comparte con Pelin sus sospechas: “Hüseyin es el topo. Su actitud es rara. Desaparece todo el rato y tiene una cuenta bancaria con bastante dinero”.

Sin perder más tiempo, los tres policías acuden a la casa donde permanece secuestrada la madre de Metin y la liberan. Por desgracia, a la salida uno de los miembros de la banda logra arrebatarle a Pelin la pistola y dispara contra Ömer. “El reloj que llevaba desvió la bala un par de centímetros y evitó que impactara en el corazón”, informa el médico tras una operación a vida o muerte. Elif no se separa de su amado y llora cuando al fin abre los ojos.

Hüseyin, por su parte, se presenta en casa de Tayar buscando venganza y le clava un cuchillo. Pero Pinar, que lo encuentra agonizando, le salva la vida.