Unidos contra Lucía

La carta de Ulpiano no puede traer mejores noticias: el chico está a gusto en Inglaterra y a salvo de Garrigues.

Carmelo se alegra cuando se lo cuenta y ambos se abrazan emocionados.

En ese momento llega el alcalde para comunicarles que la escuela por fin se levantará y que será mejor que el proyecto inicial.

Y es es que piensa que quizá sea el momento de reunirse con su hijo.

Cuando se lo cuenta a Gracia, esta le hace ver que en realidad huye del amor que siente por el abogado.


Por el mismo motivo sufre el fotógrafo, que reconoce a Alfonso la atracción que siente por Camila. Aun así, nunca se entrometerá en su matrimonio.

De hecho, va a ayudarla para que vuelva con Hernando, algo que también harán los dueños de la casa de comidas.

Estos, además, no saben qué tarea del negocio que sepa desempeñar asignarle a Marcela.

Por mucho que piensan, Emilia y Alfonso no encuentran un trabajo adecuado para su nuera. Aun así, tratan de animarla pues la muchacha pone buena voluntad.

… y a él no le queda más remedio que obedecer.

Cuando Francisca se entera de la inminente partida del intendente, enseguida se lo comunica a Severo.

Revela a a la chica el motivo por el que ha dejado a su padre, pero ella no cree en sus palabras porque Lucía la tiene engañada.

Mientras, en Los Manantiales, la cubana se insinúa de nuevo a Hernando. Este ya no puede más y le exige que se vaya pues no cree que esté enferma como ha hecho creer a todos con su intento de suicidio. Sin embargo, ella le pide que llame de nuevo al doctor porque se siente mal.

Le duele ver a Fe tan triste y la anima a luchar por Mauricio, no imaginan que…

… la señora ya ha cerrado la fecha para la boda. Satisfecha, la señora va a Miel Amarga para aconsejar a Garrigues que se enfrente a su padre. 


Tras su conversación con Beatriz, la mujer desconfía de Lucía.

Por eso decide reunirse con Hernando. Ambos se sinceran y deciden apostar por su matrimonio. Para ello, la cubana debe desaparecer de sus vidas.