Hasta siempre, Lucas

Toda la prensa se ha hecho eco de la intoxicación en Zaragoza e Ismael acusa a Matías de difundir la noticia: “Ha actuado contra Los Manantiales por despecho porque no soporta que Beatriz prefiera estar conmigo”.

Acto seguido, Barrientos anuncia que irá a la ciudad aragonesa “para solucionar el entuerto”.

Entre tanto, María va en busca de Severiano y se presenta como su hija. Ella parece alegre de haberlo encontrado, pero El Guapo se muestra indiferente.

Y es que, sus intenciones están lejos de ser cordiales. El Guapo saca un arma y, mientras la apunta dispuesto a matarla, le arrebata el dinero que lleva y confesar que él mató a Sol.

Sin embargo, es él quien muere tras un enfrentamiento con la guardia civil en el que Alfonso resulta lastimado. Por suerte, la herida no es grave.

Más tarde, Emilia es por fin absuelta del delito y se reencuentra con su marido en la plaza de Puente Viejo junto a todos los vecinos.

Para satisfacer la curiosidad de todos. Emilia explica que se inculpó del asesinato de Sol porque el verdadero culpable la había amenazado con matar a Alfonso y a Matías.

Poco despúes, el ama de llaves encuentra unos documentos que demuestran que Ismael sabía quién era Hernando Doscasas cuando le ofreció hacerse cargo de la expansión de sus productos.

La mujer de Alfonso no se resigna a despedirse de María y propone plantar cara a Francisca para que sea Gonzalo quien venga a Puente Viejo y no ella la que tenga que regresar a Cuba.

Sin embargo, su hija no está de acuerdo y acaba partiendo hacia América.

No es la única en dejar el pueblo. Tras regresar de Segovia, y una vez que se ha entersado de la verdad sobre la muerte de Sol, Lucas hace las paces con Emilia y anuncia su decisión de marcharse.

Finalizadas las Navidades, Elodia también se dispone a irse no sin antes agradecer a los Mirañar lo bien que se han portado con ella. Será entonces cuando Onésimo la sorprenda con una emotiva declaración de amor.

Consciente de que Francisca siempre será su punto débil, y que no podrá mostrarse imparcial con ella, Raimundo dimite de su cargo y de nada sirven los intentos de la terrateniente por convencerlo de que cambie de idea.

Al final, ambos admiten que nunca han dejado de amarse y acaban besándose. Pero, una vez más su felicidad se ve enturbiada...

... por el regreso de Cristóbal. Y lo peor es que ha vuelto para quedarse.

Casi al mismo tiempo llega a Puente Viejo una forastera llamada Catalina con intención de hacer un regalo a un hombre muy especial...

Mientras Ulloa teme represalias por su implicación en la marcha forzosa de Garrigues, un aterrado Carmelo se lleva a Adela y a Ulpiano a La Puebla con intención de quitarlos de en medio.

Uno a uno todos los vecinos y amigos acuden a despedirse del doctor Moliner.