¿Un hombre maldito?

El matrimonio de Camila y Hernando atraviesa una grave crisis: ella siente que su marido la está apartando de su vida y él no logra sacarla de su error.

La situación empeora cuando Lucía se acerca a ambos por separado haciéndoles creer que quiere mediar para solucionar sus diferencias y los pone en contra.

Después, busca a Nicolás, a quien cuenta con fingida pena el tenso ambiente que se vive en Los Manantiales.

A Garrigues no le queda más remedio que aceptar que Carmelo no está detrás de la biblia que ardió en sus manos.

La investigación realizada por Onésimo no solo exculpa al abogado sino que refuerza su coartada. Por eso, el patrón envía el libro a un laboratorio para que le den una explicación de lo sucedido. 

Mauricio entrega a doña Francisca un sobre que le ha enviado a recoger con el nombre de Ulpiano en la solapa.

Acto seguido, la señora se cita con Leal para comunicarle el futuro del muchacho.

“Podrían destinarlo a Inglaterra a estudiar durante un año en la Armada, pero debe realizar un buen examen de ingreso”.

Adela se llena de esperanza cuando el abogado se lo cuenta y recupera fuerzas para seguir adelante. “Hay que reconstruir la escuela”, presiona al alcalde.

En la plaza, Beatriz reprocha a Matías su repentino distanciamiento en busca de una explicación, pero él no se atreve a dársela. La chica nota también que Emilia la rehúye, pero para nada imagina el paso que va a dar el joven.

Tras hablar con su familia, ha ido a buscar a Marcela. “No te ayudaré a huir, voy a asumir mi responsabilidad y me casaré contigo”, le dice.

Siguiendo con su destructivo plan, Lucía asegura a Hernando que Camila está triste porque añora a Néstor.

El hombre la cree y discute de nuevo con su mujer. 

Esta se desahoga con su supuesta amiga.

La cubana la convence de que lo mejor es alejarse de Los Manantiales unos días: “Beatriz y yo iremos contigo”. A ella le parece buena idea y también a Doscasas.

Sin embargo, a punto de salir, Lucía dice sentirse mal y se disculpa porque no podrá acompañarlas.

Mientras reza, Cristóbal se lleva un susto de muerte cuando un golpe de aire abre de repente las ventanas.

En ese momento, Onésimo llega a Miel Amarga con noticias sobre la biblia quemada: no se sabe por qué motivo se incendió.

Acto seguido, ambos se quedan blancos al oír ruidos que parecen provenir del más allá e intentan, sin éxito, buscar una explicación.  

Aunque don Berengario se lo ha ocultado, don Anselmo descubre qué se trae entre manos: está organizando un partido de rugby con los vecinos.

La alegría de Marcela contrasta...