¡Bienvenida, Candela!

Después de ver a Saúl trabajar en el campo, Francisca les pide a él y a su hermano que se queden en La Casona. Los Ortega aceptan felices y prometen ayudarla con las tareas.

La primera de ellas es participar en el concurso de recolección, para el que Raimundo prepara a Saúl.

Este conoce a Julieta cuando ambos se disputan el premio y decide jugar a su favor para que gane sin que el resto de los concursantes ni la organización se enteren, como así ocurre.

Luego, el joven confiesa a Prudencio que se ha enamorado. Su hermano le recuerda que, debido a su pasado, no resulta conveniente fijarse en nadie.

A Consuelo, en cambio, no hace falta que le digan que su nieta se siente atraída por alguien, lo sabe al verla.

Decepcionada con su hijo, Emilia le ha retirado la palabra, algo con lo que no está de acuerdo Alfonso.

“Ha obrado mal, pero ahora necesita nuestro cariño y comprensión”.

Matías no soporta la situación y queda con Beatriz para poner fin a su relación.

Su esposa le agradece la atención que le presta, pero empieza a hacerle preguntas sobre el día de la tormenta: “¿Dónde estabas que no te encontré en el barranco?”.

De regreso a casa, el chico cuenta a sus padres lo que ha hecho y va a ver a Marcela, que se recupera poco a poco.

Mientras, en Los Manantiales, Beatriz se consuela en los brazos de Aquilino. Camila está a punto de descubrirlos, pero ellos disimulan…

Poco después, el empresario habla por teléfono con su ayudante. 

Acto seguido, comunica a Hernando que prolongará su estancia en Puente Viejo porque el negocio aún no da beneficios.

Ante la falta de dinero, Doscasas se pone nervioso pues no sabe cómo hacer frente al primer pago con el prestamista, que se niega a concederle una prorroga, y se lo cuenta a don Anselmo.

A su esposa prefiere ocultárselo pues la nota débil. De hecho, a los pocos días sufre un inexplicable desmayo.

Severo teme que Candela se haya enfadado con él después de hablar con Lucas y empieza a pensar que se equivocó con la compra de la confitería.

Esa tarde, su esposa llega por sorpresa al pueblo con Carmelito. 

Madre e hijo son el centro de todas las miradas y admiraciones.

Emilia sale de La Casa de Comidas al encuentro de la joven y acompañarla en el cálido recibiento.

Severo y Candera aprovechan el momento para presentar a su hijo ante los vecinos.