Matías Novoa explica que está tan comprometido con su papel de la serie Enemigo íntimo, que le es difícil desprenderse de él, y confiesa que hasta en el momento de llegar a casa y dormir, sueña que está en la cárcel y siente la misma adrenalina que durante las grabaciones.

“Estamos haciendo ficción, vivirlo debe ser un infierno, pero estamos contándolo de una manera muy real así que te vas metiendo en este mundo todos los días; aquí, todo el día, inevitablemente te vas con eso, pensando cosas de tu personaje, de que alguien te iba a meter un cuchillo... No sé, lo que decía la escena, y te quedas con eso. Llega la noche, y sueñas con eso. No es pesadilla, pero así es de intenso, yo con mi personaje, sueño que estoy caminando por las celdas, no sé, unas cosas muy extrañas”, platica.

El actor señala que ha entablado una gran amistad con su compañera de historia, Fernanda Castillo, a quien reconoce como una actriz muy entregada.

“Fer es muy profesional y se agradece mucho, se concentra mucho, es una actriz generosa. Es increíble porque eso también te llama a abrirte, dar lo mismo que ella te entrega en escena, compartimos muchas escenas de amor, se requiere mucha concentración, mucho compañerismo y ha fluido súper bien, han quedado bien”, indica.

Aunque su hijo Axel (con María José Magán) tiene 6 años de edad, el actor chileno asegura que está muy pendiente de su carrera. Y como ha interpretado personajes fuertes en historias muy controvertidas, Matías comparte cómo le cuenta de su trabajo, así que el pequeño sabe que su papá puede jugar a ser un héroe y portar armas de juguete.

“No quiero que vea mucho porque hay escenas muy fuertes. Está muy chistoso porque ya también me ha tocado de policía, él cree que es un juego, son tan bonitos los niños, son tan inocentes, siempre se lo cuento a manera de juego, ‘estoy jugando a hacer de policía mi amor’ y me pregunta ‘¿y el arma es de juguete?’, y le digo ‘sí mi amor, es de juguete’, (contesta) ‘ah que padre’, y ahora también le digo ‘estoy jugando a ser un preso, estoy en la cárcel’, entonces se empieza a imaginar cosas y yo me voy en su mundo de fantasía”, expresa.