Todas las pruebas apuntan a Victoria como principal culpable de la muerte de Leonardo, pero Andrés y Bruno están convencidos de su inocencia y unen sus fuerzas para defenderla. Ella, por su parte, decide salir de su escondite y entregarse no solo para declarar sino también para explicar a Raúl que es inocente.

Sin embargo, el médico, envenenado por su madre y por Magdalena, no puede evitar desconfiar de su esposa, actitud que Chencha le recrimina: “Lo que sientes por mi niña no es amor, ni siquiera la has defendido de las humillaciones de tu familia”. Acto seguido, la mujer habla con Victoria, que siente como su corazón se rompe en mil pedazos al sentirse abandonada por la persona que juró apoyarla siempre.

La felicidad de Elena junto a Emiliano se ve ensombrecida por una inesperada llamada de Julio, a quien tanto ella como sus hermanos daban por muerto. “No voy a dejar que ningún hombre ocupe mi lugar”, la amenaza.

Pese al falso testimonio de Magdalena, afirmando que Victoria y Leonardo eran amantes, el juez termina declarando a la acusada inocente por considerar que las pruebas que hay contra ella son circunstanciales y no prueban que sea una asesina. Tras agradecer a Andrés y a Bruno su buen trabajo como abogados defensores, la muchacha se enfrenta a Raúl: “Ya no confío en ti, será mejor que cada uno siga por su lado”. Triste y resignado, el médico pide perdón a su amada y acepta su decisión.

El siguiente paso de la deportista es visitar a Cecilia y pedirle perdón por haberla rechazado. Este gesto animará a la enferma, cada día más débil.

Aunque ya es tarde para recuperar a Victoria, Raúl quiere saber cómo llegó su ropa interior al dormitorio de Leonardo y tras interrogar a su madre y a Magdalena llega a la conclusión de que fue su propio hermano quien robó las prendas. “No sé cómo he podido creer las mentiras que has dicho sobre mi esposa, pero de una cosa estoy seguro: desde ahora seré tu peor enemigo”, espeta a la madre de Elsa.

Gracias a su participación en la película de Elías, Elsa recibe una tentadora oferta en Barcelona que no piensa rechazar. “Me marcho para cumplir mi sueño, pero antes quiero agradecer todo lo que has hecho por mí. Sin tu cariño, nunca habría salido adelante”, dice a De la Peña antes de partir.

Los peores temores de Elena se hacen realidad cuando Julio se presenta en su casa sin avisar para anunciarle que ha contratado a un buen abogado para recuperar lo que le pertenece y también para advertirle de que termine “de inmediato” con Emiliano o sufrirá las consecuencias.

Para celebrar la reconciliación entre Cecilia y su hija, sus amigos organizan una fiesta campestre a la que también acude Cristina. Arrepentida por el daño que hizo a Victoria en el pasado, la joven le pide perdón y ambas sellan una nueva amistad.

Poco después, en la soledad de su cuarto y tras dar gracias a Dios por haberle dado la oportunidad de disfrutar del amor de su hija, Cecilia muere en paz. No por esperada la noticia resulta menos dolorosa y familiares y amigos lloran su partida.

Algunos días más tarde, durante la lectura del testamento, Victoria se entera de que ha heredado la casa de su madre y sus acciones en Empresas Acevedo. Pero el destino aún le depara otro duro golpe: un delincuente, contratado por Julio, atropella a Chencha y la mujer fallece poco después en el hospital.