Dejándose llevar por un impulso, Maritza besa a Raúl. Justo en ese momento, Victoria aparece y se marcha decepcionada. Cuando el médico va en busca de la joven para tratar de darle una explicación, Andrés se interpone: “Aléjate de ella. ¿Cómo has sido capaz de enredarte con su psiquiatra?”.

Días después, la doctora, arrepentida por su comportamiento, decide ausentarse una larga temporada con Sebastián, el niño a quien acaba de adoptar. No sospecha que se trata de Alejandro, el hijo de Victoria.

Paralelamente, Adriana aprovechará la desesperación de la deportista para enviarle anónimos en los que le pide dinero a cambio de información sobre el paradero del pequeño. Estos mensajes, sin embargo, devuelven la esperanza a Victoria y confía de nuevo en que esté vivo. La policía confirmará su intuición al comunicarle que su hijo no viajaba en el vehículo que se incendió.

Tras golpear a Julio, Elena es encarcelada y acusada de intento de homicidio. Emilio, entonces, se apresura a llamar a los hermanos de su amada para que lo ayuden a sacarla de prisión.

Un poderoso ejecutivo llamado Braulio Zavala llega a las empresas Azevedo para ofrecer su apoyo a Tonantzin. Lejos de imaginar que se trata de su padre, la muchacha acepta de buen grado.

Adriana visita a Julio en el hospital y, tras confesarle que ha empezado a sentirse atraída por él, deciden unirse para vengarse de sus enemigos.

Ajena a esta nueva y peligrosa alianza, Elena ruega a su excuñada que se haga cargo de Fénix durante el tiempo que ella permanezca en la cárcel. La presa, además, empieza a portarse mal con Emiliano con intención de alejarlo y él acaba por romper su relación para alegría de Natalia.

Maritza, que finalmente no se ha marchado de viaje, asiste a un concierto benéfico ignorando que el cantante es Andrés y que Victoria también está allí. La deportista, atónita al ver que lleva de la mano a Alejandro, corre tras ella sin alcanzarla. Tendrá más suerte al día siguiente, cuando acuda al apartamento de la psiquiatra con Santibáñez y logren recuperar al niño.

Desesperada, la doctora se desahoga con su tío Braulio, que en vano intenta hacerle entrar en razón justificando que la muchacha solo intenta proteger a su hijo. “La acusaré de secuestro”, amenaza Maritza sin importarle que su nueva enemiga sea también su prima. La joven, mientras, huye a un lugar aislado con el niño, pero este enferma y se ve obligada a regresar a la ciudad y devolvérselo a su madre adoptiva.

Andrés, que no se separa de su amada ni un solo momento, verá su entrega recompensada con el mejor regalo. “Te quiero”, confiesa ella antes de besarlo.

Sin importarle la nueva relación que ha iniciado Santibáñez, Marisol no duda en insinuarse descaradamente. Intuyendo que la empleada va a ocasionar más de un problema, Luz Clarita le advierte que se aleje del abogado si no quiere ser despedida.

Magdalena acaba confesando que ella secuestró a Alejandro y lo dejó en el orfanato donde lo adoptó Maritza y Victoria, fuera de sí, comienza a golpearla con fuerza hasta que Raúl y Jorge logran detenerla. Andrés, por su parte, consigue que su hermana Elena sea puesta en libertad.

Tras amenazar a Sánchez con sacar a la luz su oscuro pasado si no deja en paz a Tonantzin, Braulio finge entablar amistad con Julio y accede a aliarse con él para destruir a la deportista.

A continuación, el ejecutivo se reúne con la muchacha para revelarle por fin el parentesco que los une: “Soy tu padre”. Una vez recuperada de la sorpresa, ella lo abraza con cariño y lo invita a su casa para presentarlo como uno más de la familia.

Gracias a las pruebas conseguidas por Victoria, Magdalena es arrestada por su implicación en el secuestro de Alejandro.