Doña Amparo recrimina a Amador que golpeara a Uriel, ya que si es verdad que ambos lo odian, no piensa permitir que el muchacho y su sobrina sospechen de ella.

Lejos de allí, Carolina teme que Carlos le quite la custodia de su hijo. Daniel acude en su ayuda y decide consolarla: “Te juro que no te dejaré sola, siempre me tendrás como amigo”. Acto seguido, va a buscar a su amada a la casa familiar. Ella, que no puede seguir allando, le confiesa su amor, pero asegura que su relación es imposible y se marcha.

Por su parte, Molina sigue planeando su venganza. Dispuesto a acabar con Daniel, le dispara. Isabel lo encuentra en el bosque malherido y ambos terminan haciendo el amor.

Más tarde, Aníbal se promete reconquistar a su esposa, pero esta lo rechaza y le dice que no lo ama. Pensando que la razón es Sergio, Otero decide vengarse de su mujer citándose con su amante. Tras un apasionado encuentro, Olga sale del hotel y pide ayuda a Alba para fingir un cáncer con el propósito de retener al empresario.

Tras conocer la infidelidad de su esposo, Isabel comunica su decisión de separarse a su suegro, que se muestra comprensivo. “Eres como la hija que nunca tuve, te apoyaré”, asegura.

Ajeno a todo, Rodolfo revela a Sergio que tiene un coágulo en el cerebro y, si el tratamiento no funciona, puede morir. Por ello, está dispuesto a adelantar su boda. Alba, enterada de la situación, no sabe si contar a la familia lo ocurrido y pide consejo al padre Blas. La atracción entre ambos es tan intensa, que termina seduciéndolo y se rinden a la pasión.

Por otro lado, Iker organiza un rodeo y prepara una trampa contra Uriel para conquistar a Alejandra. Sin embargo, nada surte efecto y la muchacha cancela su viaje a España. “Me quedo aquí contigo, no pienso dejarte”, confirma al joven.

Llega el juicio sobre la patria potestad de Adrián y la abogada aconseja a Carolina y Daniel que finjan ser pareja delante del juez. Isabel los encuentra juntos y malinterpreta la situación. Aunque su amado intenta sacarla de su error, no sirve de nada.

Horas más tarde, el juez determina que el pequeño quede a cargo de Carlos. La mujer, destrozada, se refugia en su casa. Sin embargo, allí tampoco encontrará paz. Rebuscando en unas cajas, encuentra varias cartas de su madre dirigidas a don Arturo y confirma que fueron amantes. “Yo la maba y queríamos fugarnos, pero tuvimos un accidente”, confiesa él. Este no será el único secreto que saldrá a la luz. Daniel descubre
que Aníbal consiguió los contratos de sus negocios extorsionando a Amador. Acorralado, intenta justificarse.

Los problemas para el mayor de los hermanos no acaban ahí. Olga lo visita en el aserradero y le asegura que va a quedarse en el pueblo, pero no por él: “Hay un hombre que me gusta y voy a darme una oportunidad”. Al despedirse, lo abraza y mancha a propósito el cuello de su camisa con pintalabios.

Al llegar a casa, Isabel lo descubre y echa a su esposo de la habitación. Humillada, busca el consejo de Sergio, que termina confesándole que tiene un coágulo cerebral. Esta lo consuela y lo convence para que cuente toda la verdad a su familia. Al día siguiente, el joven se somete a la arriesgada operación.