Carolina, que no puede soportar la ausencia de su hijo, intenta quitarse la vida. Por suerte, Daniel llega a tiempo y evita que tome el bote de pastillas. Además, seguro de que Molina ha talado árboles de su aserradero, pide a Víctor pruebas que le permitan denunciarlo ante la policía. Acto seguido, sale al encuentro de su amada. Ambos se funden en un apasionado beso y casi son descubiertos por su hermano.

Lejos de allí, doña Amparo, que ya sabe que su sobrina ha cancelado su viaje a España, acusa a Uriel del secuestro de la muchacha y el joven es llevado a prisión. Pero sus intrigas no terminan ahí, la pérfida señora urde un plan con Iker: “Es tu oportunidad. Sácalo de la cárcel y ella te verá como un héroe. Será tuya”.

Además, Renato le proporcionad una información muy valiosa para seguir con su conquista: “Alejandra se acercó al campesino por una apuesta con Regina y para contrariar a su tía”.

Isabel piensa en marcharse del pueblo con su marido Aníbal no está dispuesto a perder a su esposa y le pide que se vayan juntos a la ciudad para siempre. “Quiero recuperarte. Yo te amo y sé que puedo hacerte feliz. Confía en mí, por favor”, le dice. Ella, intentando evitar una desgracia en la familia, accede, pero antes decide buscar a su amado y, sin poder contenerse, dan rienda suelta a la pasión. Sin embargo, la suerte no está de su lado y Carolina, que llegó a la mansión en busca de consuelo, los encuentra en la cama. Rota de dolor, la joven piensa en poner tierra de por medio y va a recoger a su hijo a casa de su padre.

Por otro lado, Regina no deja de pensar qué pasó la noche que fue drogada y, desesperada, se enfrenta a Renato para saber quién abusó de ella. “Alguien me ha contagiado una enfermedad, quiero descubrir toda la verdad”, asegura. Este, sintiéndose culpable, miente y asegura no recordar nada: “Había demasiada gente en la fiesta, lo siento, pero no yo no vi nada que pueda ayudarte”.

Quien tampoco tiene la conciencia tranquila es el padre Blas. Tras su intenso encuentro con Alba en la clínica, evita salir de la parroquia, pero la señora o está dispuesta a renunciar a él y lo busca constantemente. Teresa descubre que su novio ama a su cuñada Llega el esperado día, la boda de Sergio y Teresa. Tras la bonita ceremonia, la novia se da cuenta de las miradas de su ya esposo hacia su cuñada y le pregunta si es ella la mujer de quien está enamorado.

El médico, incapaz de fingir, le confiesa la verdad. “Sí, así es. Pero quiero que tú y yo seamos felices, ayúdame a olvidarla”, le propone. La mujer acepta, sin embargo, no todo es felicidad para el clan Otero.

Olga se entera de que Aníbal e Isabel se marchan del pueblo y, loca de celos, le cuenta toda la verdad a su rival: “Tu esposo y yo llevamos viéndonos mucho tiempo, incluso antes de vuestro matrimonio”. No contenta con eso, amenaza a su amante con un arma y el jura vengarse por todo lo que le ha hecho. La policía llega en ese momento y apresa a la mujer. Toda la familia reprueba la conducta del mayor de los hermanos y su esposa decide irse de la mansión para no volver.

Más tarde, Carlos descubre que Adrián no se encuentra en su casa y manda llamar a Víctor. “Tráeme a tu hermana y a mi hijo, o te juro que todos pagaréis por esto”, le advierte.