Después de descubrir la infidelidad de su marido, Isabel inicia los trámites de divorcio y así se lo comunica a Aníbal. Este, ebrio, golpea a Sergio por creerlo culpable de su separación e intenta llevarse a su esposa a la fuerza, pero se resiste.

Tras lo sucedido, la mujer se refugia en su suegro, quien se muestra comprensivo. “Te quiero mucho y siento profundamente toda esta situación”, afirma él.

Más tarde, Amparo reprocha a su hijo mayor haber tirado su matrimonio y el apellido de la familia por la borda. “No voy a permitir esta actitud en mi casa”, le advierte. Por lo que Otero se ve obligado a firmar los documentos de su separación. Acto seguido, la señora se reúne con su sobrina para conseguir los papeles que le dan acceso a su herencia y ambas descubren un desfalco de dos millones de pesos. Sospechando de Amador, se presenta en su despacho y le da un ultimátum: “O devuelves el dinero o te juro que caerás como la rata que eres. Tienes una semana”.

Ajenos a todos los problemas, Daniel y su amada se rinden nuevamente a la pasión. Sin embargo, su encuentro es interrumpido por Sergio, que destrozado les recrimina su idilio: “Sois unos hipócritas, habéis engañado a todo el mundo ”. Su hermano intenta explicarle la situación, pero el médico, harto de mentiras, se niega a escucharlo.

Mientras, en el pueblo, Claudio le dice a Uriel que Alejandra apostó con Regina que lo conquistaría y que en realidad no lo quiere. Enfadado, exige a su amada que le diga toda la verdad. “Si, es cierto. Fue una apuesta, pero te juro que me enamoré de ti. Por favor, perdóname”, confiesa ella llorosa. El joven no cree sus palabras y, dolido, decide terminar la relación.

Este no será el único problema al que la muchacha tendrá que hacer frente. Al día siguiente, se entera de su embarazo y desesperada se lo confiesa a Iker. Aprovechando la oportunidad, este da un paso más en su conquista y se compromete a estar a su lado y cuidarlo como si fuera suyo. “Cásate conmigo, así nadie podrá haceros daño”, le propone.

Por otra parte, Carolina ha sido encarcelada por la policía al llevarse a su hijo del pueblo y, al no tener más remedio, acude a Molina para que la ayude y pedirle que le devuelva la custodia del pequeño Adrián. El pérfido hombre, disfrutando de sus suplicas, le ofrece un trato: “Podrás verlo si, a cambio, bailas en mi club nocturno”. Además, amenaza a Víctor de muerte por haber estropeado su maquinaria y ayudado a sus rivales.

Isabel, que se entera de lo sucedido, se acerca a casa de la mujer para hacerle desistir de la idea y descubre que está embarazada. Así se lo hace saber a su amado e intenta terminar su relación con él por el bien de ambos: “Ya no podremos ser felices, ve con ella”. Daniel, desesperado, le pide que siga luchando y sin poder contenerse, se besan. Doña Amparo llega en ese momento y los ve. Furiosa, le asegura a su nuera que nunca permitirá esta relación: “No quiero enfrentamientos entre ellos. Lo mejor es que te vayas de aquí”.

Quien también descubre su futura paternidad es Uriel, que le promete a Alejandra hacerse cargo del niño, pero entre ellos no volverá a ocurrir nada. Tiempo después, Daniel llega al bar de Carlos para hablar con Carolina. Esta, en un primer momento, rechaza su ayuda y le pide que se vaya, pero pronto cambia de actitud. Harta de sus constantes desplantes se muestra tajante: “Tienes que decidir. Si sigues con ella, no verás a nuestro bebé nunca”.