Marcos, el policía encargado de investigar la muerte de Sofía, interroga a Evencio y este le cuenta que Eva y su sobrina estaban enfrentadas porque la joven tenía una aventura con Armando. Acto seguido, el investigador pregunta a Soler qué hacía en la empresa a altas horas de la noche y ella le explica que recibió una llamada del contable, a quien acababa de despedir, citándola allí.

Sin embargo, la coartada de la empresaria se viene abajo cuando Javier lo niega y es detenida acusada de asesinato. Solo las palabras de consuelo de su hija Adriana impiden que Eva se hunda por completo.

Entre tanto, Pancho se ha percatado de que Robert está tratando de engañarlo y se enfrenta a él: “He encontrado algunas irregularidades en la documentación que me facilitaste, así que si quieres que invierta en tu compañía tendrás que cumplir ciertas condiciones. Y la primera será que Bobby sea mi representante, espero que a él no lo engañes”.

Marlene y Andy se enteran de que Pablo está investigándolos y ponen al corriente al Chivo, que se apresura a ir en busca del detective con intención de eliminarlo. Pero será él quien pierda la vida durante un intenso tiroteo.

Contreras es arrestado, pero no tarda en escapar y, disfrazado de policía, consigue ver a Eva, que permanece encerrada en un calabozo a la espera de juicio. “Te sacaré de aquí”, promete el joven.

Por desgracia, no será fácil pues la policía encuentra la daga que Soler tiró minutos antes del asesinato y que Marlene recogió para dejarla muy cerca del escenario del crimen. “Tienes el caso resuelto”, le dice Marcos a Betty cuando le entrega los resultados de la prueba de ADN.

Marisol, por su parte, no tiene claro que Cárdenas sea la fiscal más adecuada, teniendo en cuenta la relación que mantuvo con Pablo.

Después de pasar varias noches en los oscuros calabozos de la comisaría, Eva es trasladada a la cárcel junto a otras tres presas: Camila, Virginia y Federica.

Superada por la situación, Adriana decide irse de la ciudad con Andy y Bertha pide a Armando que lo impida, sin conseguirlo. Fabiola también sufre la ausencia de su madre y se pone enferma.

Por el contrario, Marlene disfruta al pensar que se ha quitado de en medio a su rival y, cumpliendo con su palabra, readmite a Javier en Mon Sol.

Llega el día del juicio y Betty llama a declarar a Armando, que miente y asegura a los presentes que iba a casarse con Sofía. Soler, devastada, confirma que ha sido víctima de una cruel trampa.

Lejos de allí, Arnulfo fallece en casa de los Mogollón, pero antes de exhalar su último suspiro hace una confesión: “Yo robé a vuestro hijo y luego lo vendí”.