Armando Soler ha organizado una multitudinaria fiesta en su mansión para celebrar el aniversario de su matrimonio con Eva, pero no son la pareja perfecta que él pretende mostrar. “Hace tiempo que nuestro amor murió”, le recuerda su mujer cuando él le entrega su regalo.

Días después, la situación llega al límite cuando Soler descubre carmín en la ropa interior de su esposo. Fuera de sí, se presenta en la empresa de camiones que ambos poseen y, tras reprocharle su comportamiento, le pide el divorcio.

Acto seguido se dispone a abandonar el lugar, cuando uno de los empleados tiene un descuido y empuja un enorme contenedor que se desploma justo cuando la propietaria pasa por allí. Por suerte, la rápida y oportuna intervención de Pablo Contreras, un nuevo trabajador, impide una tragedia. Poco puede imaginar la mujer que su salvador es en realidad un detective privado cuya misión es investigarla.

Marlene aprovecha cualquier momento para agradecer a Eva su amistad y su ayuda cuando más lo necesitaba, pero en el fondo envidia todo lo que tiene y solo quiere verla sufrir. Por ello, no solo no le cuenta que su sobrina Sofía es la amante de Armando, sino que aconseja a este cómo conseguir que la joven se mantenga callada: “Un coche y un apartamento bastará para que no hable de más”.

Días más tarde, Eva recibe un contrato de compraventa y unas llaves. Extrañada, se dirige al lugar que aparece indicado en el documento. El mundo se le viene abajo cuando sorprende a su marido y a su sobrina en la cama. Sofía, además, comunica a Soler que está embarazada.

Hundida, va en busca de su amiga Soraya y ambas ahogan sus penas en alcohol. Pablo encontrará a la empresaria totalmente borracha y, cuando ella le cuenta entre lágrimas que le han roto el corazón, se deja llevar por un impulso y la besa.