Después de su recuperación, Bahar acepta la invitación de Ezel de cenar juntos. La muchacha se muestra emocionada durante la velada, pero cuando se acerca para darle un beso, este la rechaza y le grita que se vaya de su casa: “No quiero verte, ¡Fuera de una maldita vez!”. Al llegar al hotel, Ali, que ha estado muy pendiente de la enfermedad que padece la joven, la encuentra llorando desconsoladamente en su habitación. Al enterarse del motivo, empieza a sentir unos enormes celos y finalmente acepta que está perdidamente enamorado de ella.

Por otro lado, Cengiz, harto de las insinuaciones de su hermano sobre la paternidad de Can, decide someterse a unas pruebas de ADN. Al ver los resultados, descubre que no es el padre del niño y, enloquecido por la situación, empuja sin querer alcrío, que se da un golpe: “Perdóname, yo no quería hacerte ningún daño, pero me puse muy nervioso. Ya verás cómo no volverá a ocurrir, no te preocupes, mi pequeño.”.

Quien tampoco está pasando un buen momento es Eysan. Después de recibir un mensaje de su adre anunciando su vuelta a la ciudad, va a verlo y le reprocha todo el daño que le hizo en el pasado. Asustada, se lo cuenta a su cuñado, que para librarla del problema casi mata al anciano. Cuando la mujer se entera de lo sucedido, exige a Ali que no vuelva a meterse en su vida de esa anera. Acto seguido, vuelve al lugar en el que reside su progenitor y le promete que lo ayudará a salir de la miseria en la que se encuentra viviendo.

Por otro parte, Tatay se cita con Mert al descubrir que este piensa escribir un artículo sobre la condena de Ömer y su posterior muerte en prisión. Para evitarlo, intenta manipularlo con regalos y dinero.