Después de que Cengiz entre en prisión, Serdar empieza a espiar a su hija y a Ezel. Así, descubre su plan para hundir al empresario en la cárcel. Días más tarde, esperando sacar provecho de la situación, se lo cuenta a su nuero, que jura vengarse de su socio y su esposa. “¡Malditos sean! Esto no va a quedarse así, saldré de este lugar y haré que su vida se convierta en un infierno”, piensa en la soledad de su celda.

Atay, llama a Alí y le pide que vaya a visitarlo al presidio. El hombre, nervioso, acepta. Cara a cara, ponen las cartas sobre la mesa. “Sí, nosotros te traicionamos porque te lo merecías. Siempre te creíste mejor que yo, me humillaste, y no pienso consentirlo más”, asegura el Pinzas. Sin embargo, antes de que pueda terminar de hablar, su examigo le muestra una foto donde aparecen Bayraktar y Tefo y el hombre se queda impactado. “Como puedes ver, tu mano derecha está engañándote desde hace tiempo”, revela.

Can Mientras Mümtaz comienza a encargarse de los cuidados de su nieto, Eysan se dirige a casa de su amante con la idea de romper su relación. “Yo destruyo todo lo que toco, cualquier persona que se acerca a mí resulta lastimada y no deseo que eso te ocurra a ti. Lo mejor es que no alejemos, me iré fuera del país con mi hijo”, comenta ella. Antes de que salga del apartamento, Uçar la detiene y, sin poder controlar sus sentimientos, la besa apasionadamente.

En ese momento aparece Bahar, que descubre horrorizada la infidelidad de su novio con su hermana. La muchacha sale corriendo y se encuentra con Kirgiz que se ofrece a llevarla a su piso para que descanse y pueda relajarse.

Al día siguiente, la joven Tezcan está a punto de coger un avión, cuando Ezel aparece y para evitar que se marche, le cuenta la verdad sobre su identidad y sus planes. “Confío en ti más de lo que crees, te necesito a mi lado, y por eso voy a poner mi vida en tus manos contándote un secreto que muy poca gente conoce. Te revelaré mi verdadera identidad: soy Ömer”.