Ya recuperada, Leonora regresa a casa y toma una drástica decisión. “No me diste mi lugar y voy a iniciar lo antes posible los trámites de divorcio”, comunica a Juan. Por si fuera poco, le prohíbe que se lo cuente a nadie: “Soy capaz de matarte”. No obstante, el empresario queda tan desolado que se desahoga con su hermano Xavi.

En complicidad con Juana Bárbara y Juana Inés, Juana Soledad tiende una trampa a Estefanía. “Solo queríamos probar que era la mujer adecuada para ti”, se ven obligadas a confesar ante la presión de Sebastián. Lo que no saben es que él ya no está tan seguro de casarse. “El beso que me di con Juana Victoria fue el mejor de mi vida”, confiesa a su tío.

En el terreno profesional no le van mejor las cosas ya que el director del banco le niega el crédito que había solicitado para comprar un terreno y ampliar el Media Luna. Detrás de esta decisión está el poderoso Darío Iriarte.

Con el objetivo de que Leonora lo perdone, Juan prepara con ayuda de sus hijas una fiesta sorpresa por sus bodas de plata. Con la convivencia, los roces entre ellos no tardan en surgir y Juana Bárbara está a punto de volver a su ciudad natal. “Lamento que a veces no sepa comprenderos”, declara el empresario. Para olvidar los malos momentos, acuden junto a Sebastián al bar La Dolorosa y allí se encuentran con Fernando, un sobrino de los Oropeza que acaba de llegar a Mazatlán. Juana Victoria se anima a cantar en un momento de la velada y este queda fascinado con su talento y belleza.

Todoelmundo entrevista a Leonora y se encarga de difundir la historia de las Juanas por lo que en todo el pueblo no se habla de otra cosa. Octavio, que se siente atraído por Juana Soledad, y Mauricio, por Juana Inés, son de los pocos que las defienden. En el hotel, Sebastián se queda encerrado junto a Juana Victoria en un ascensor y esta tiene una crisis pues es claustrofóbica. Él intenta calmarla y se aproxima a sus labios para besarla justo cuando Xavi llega a sacarlos. Ya más tranquilo y en la oficina, el joven Oropeza le cuenta a u hermanastra que encontró el acta de defunción de la madre de Juana Inés: “Indica que fue por desnutrición”.

Las Juanas la arropan y, a modo de despedida, celebran en la playa un emotivo ritual. Pasan los días y Juan ya tiene listos los preparativos para la fiesta con motivo de sus bodas de plata con Leonora. Sus hijas, que están deseosas de que pueda arreglar su matrimonio, han contratado al artista Laureano Brizuela pese a los intentos de Darío por boicotearlas.

Esa misma noche, Estefanía lleva a Leonora al hotel con engaños y esta se queda sin palabras al oír a su cantante favorito. Todo marcha bien: canta, ríe y baila con Juan hasta que escubre que las Juanas también han participado en la organización. “Jamás voy a perdonarte”, afirma rotunda antes de salir corriendo.

A unos metros de allí, en la playa, Sebastián y Juana Victoria se dejan llevar por la emoción del momento y se declaran. “He tratado de luchar contra mis sentimientos, pero no puedo más. Todo el día estás en mis pensamientos. Me muero de amor por ti”, dice él. La joven le corresponde, pero le recuerda que está comprometido con Estefanía y además son hermanos por parte de padre: “No podemos estar juntos”.

Después de la fallida fiesta, Juan cita a sus hijas en el hotel y estas acuden temerosas pues creen que las quiere echar. Sin embargo, nada más lejos de la realidad ya que allí las espera con un obsequio para cada una. “Quiero que lleven mi apellido. Además, he decidido incluirlas en mi testamento”, anuncia. Sin dudar, Juana Victoria rechaza su ofrecimiento y se pone muy nerviosa. Será a Xavier a quien revele el motivo: “No puedo hacerlo. Amo a Sebastián”. Margarita, por su parte, se encuentra con el patriarca de los Oropeza y le hace una inesperada confesión. “Has sido y eres el amor de mi vida”.

En asuntos del corazón también está involucrada Juana Inés. Se ha enamorado de Sebastián y, atormentada por la culpa, decide regresar al convento, pero la madre superiora le dice que no es posible hasta que haya pasado un año. Por suerte, sus hermanas la encuentran y la convencen de que regrese a Mazatlán.

Pero la felicidad dura poco. Para complacer a Leonora, Darío difunde un video en el que las Juanas afirman que van a engañar a Juan para sonsacarle su dinero. Rápidamente se forma un escándalo en el pueblo y el mismo Oropeza duda de ellas, pero gracias a Todoelmundo se convence de que la grabación está manipulada y se propone demostrarlo.