Regina no está dispuesta a seguir mintiendo a su hermana y va a buscarla para revelarle la relación que mantiene con Felipe. “No te voy a perdonar jamás esta traición. No quiero que vuelvas a la casa, voy a ordenar que saquen tus pertenencias”, zanja Altagracia la acalorada disputa. Cuando Isabela se entera de lo sucedido, apoya a su madre y se trasladan a un hotel que no cuenta con los lujos a los que estaban acostumbradas.

Sin tiempo de sobreponerse, la Doña se prepara para recibir a los invitados del acto benéfico que ha organizado. Uno de ellos es Daniel y la empresaria se muestra muy amable con él e interesada por la labor que realiza con las mujeres víctimas de abusos. En un momento dado de la conversación le tiende una trampa con ayuda de una de las camareras: esta cae a la piscina cuando se disponía a servir unas bebidas y finge no saber nadar por lo que Lllamas se lanza a rescatarla. Cuando se cambia de ropa, Altagracia lo espía y al ver el tatuje que tiene en el pecho confirma que es el tercer miembro de los Monkeys. “Se van a arrepentir todos los que me han hecho daño”, asegura a Braulio.

Rafael no puede disimular su nerviosismo tras este encuentro y no pasa inadvertido para Leticia, que lo acompaña. En los últimos días ha estado leyendo noticias sobre las nuevas bandas callejeras y han aflorado las sospechas de que su esposo estuvo en asuntos turbios en su juventud. Valeria intenta persuadirla, pero es en vano y ella se niega a tener intimidad con Cabral.

También Saúl hace acto de presencia en el evento pese a no ser invitado y declara la guerra a Sandoval: “Me convertí en alguien como tú. Si tengo que convertirme en un asesino para vengar la muerte de mi padre, lo haré”.
La policía detiene a Mónica por contrabando

Azucena enfrenta a Ximena y le pide una explicación sobre la última conversación que tuvo con su marido antes de morir: “Estoy segura de que conspiraste para malmeter a Jaime y alejar a Saúl de la Doña”. Y además añade: “Me arrepiento de haberte apoyado, ya no confío en ti. Sé que abortaste y estuviste trabajando en Europa”. Angustiada, la mujer se refugia en Braulio y acaba haciendo el amor con él.

Altagracia, por su parte, acude al apartamento en el que se esconde Yesenia y se lleva una inesperada sorpresa al reencontrarse con Lázaro. Ambos tienen un fuerte enfrentamiento al recordar lo que sucedió hace 20 años y ella se ofrece a perdonarle la vida a cambio del cheque que le dio a Yesenia: “Se lo devolveré cuando cuente donde se lo di y se demuestres que no maté a Jaime”.

No contenta con esto, antes de marcharse decide revelar una dolorosa verdad para vengarse de su tía. “No quiero que vuelvas a decir mi hija porque no es tuya, te engañé por idea de Yesenia. Cuando te conocí ya estaba embarazada, fue el resultado de una violación”.

Gabino detiene a la fuerza a Mónica mientras camina por la calle y le advierte del peligro que corre su vida. Saúl los ve y sin poder contener su rabia, propina un brutal paliza al policía. Por suerte, Azucena llega y logra detener a su hijo. Más tarde, la joven agradece a Aguirre por su apoyo y este la besa. Pese a que en un primer momento lo corresponde, no tarda en arrepentirse: “Todavía amas a la Doña”.

Después de la revelación de Altagracia, Lázaro sufre una crisis y permanece en el hospital al borde la muerte. Decidida a hacer justicia, Yesenia se presenta en la constructora e inmoviliza a su sobrina con un cuhillo en el cuello: “No voy a permitir que sigas dañando a la gente que quiero. Eres una infeliz”. Sin embargo, en el último momento se siente incapaz de matarla y Braulio la echa de malas maneras.

Cerca de allí, la policía acusa a Mónica de contrabando por orden de Sandoval y la detiene.