Lázaro sufre una severa crisis y pierde la noción del tiempo, solo es capaz de decir cosas inconexas relacionadas con su pasado. “Entró en la etapa final de su enfermedad. Es imposible que se recupere y será mejor que te prepares para lo peor”, informa Adolfo a una desolada Mónica.

Yesenia decide trasladarlo a casa y llama a Altagracia, que va a verlo y le proporciona tranquilidad en sus últimas horas de vida: “Tienes una mujer y una hija que te adoran. Perdóname”.

El juicio contra Braulio continua y Saúl presenta diversos testimonios y pruebas que no dejan lugar a dudas de que violó a Lidya. Por eso, el juez lo condena a 66 años de prisión y todos celebran, especialmente Valeria.
Los accionistas de la constructora advierten a Sandoval de lo peligroso que puede resultar Felipe ahora que ocupa el cargo de secretario de desarrollo.

Y no se equivocan ya que el político acude a la llamada de Braulio en prisión y le revela el doloroso pasado de La Doña para vengarse por su falta de apoyo: “Cuando era joven fue violada por los Monkeys y durante años ha estado buscándolos. Una vez que lo ha conseguido, los está torturando y matando uno a uno”.

Lejos de allí, los peores presagios se confirman y Lázaro fallece en compañía de Yesenia. “Estos meses a tu lado han sido los mejores de mi vida. Muy pronto nos encontraremos, mi amor”, susurra ella. Mónica también lo despide y llora desconsolada aferrada a su cuerpo inerte: “Te quiero mucho papá. Lo siento por no haber sabido cuidarte”.

Altagracia persuade a Daniel de la idea de entregarse a la policía ya que si no ella podría acabar en la cárcel. Más tarde, cita a Rafael en su despacho y le hace un siniestro encargo: “Felipe descubrió la historia de los Monkeys y debes matarlo”. Y para convencerlo, lo manipula con Hernández: “Sé que la quieres y no puedes permitir que salga a la luz pública que es fruto de una violación”.

Ajeno a esto, Valenzuela se reúne con Mónica y Yesenia para comunicarles que Lázaro les dejó una herencia de diez millones de pesos a cada una. En principio, la chica se niega a aceptarlos, pero cambia de opinión cuando Daniel le pide que lo sustituya al frente de la fundación.

Mientras que Valeria se alegra al saber que Lopecito es el padre del bebé que espera, Braulio consigue escapar de la cárcel con la ayuda de varios funcionarios y se refugia en casa de Elena, a quien amenaza con matar si lo descubre. Como primer paso de su venganza, asesina a la forense y al camarero que declararon en su contra durante el juicio.

Daniel anuncia que abandona la fundación Renacer y pide que apoyen a Mónica y Saúl, los nuevos directores. “Hice algo terrible en el pasado y no merezco vuestra confianza”, dice a las mujeres.

Lejos de allí, Felipe celebra un acto político y, cuando está dando unas declaraciones a los medios de comunicación, recibe un disparo y cae desplomado. Rafael celebra que ha cumplido con su encargo sin saber que Matamoros lo está grabando.

Pasados unos días, las autoridades reciben un vídeo en el que se ve a Cabral disparando el arma y emiten una orden de arresto.

Siguiendo con su venganza, Braulio secuestra a Yesenia y exige a Mónica que acuda sola a una bodega abandonada. Una vez allí, la apunta con una pistola mientras asegura que va a vengarse de las personas que le traicionaron. En ese momento, le llama Altagracia y él aprieta el gatillo para que oiga cómo mata a su hija, pero Sandoval se interpone y logra salvarle la vida.