Por las apariencias

La firma del traspaso del patrimonio a Alejandra, por
derechos de nacimiento, también supone la ruptura entre
ella y Fernando.

Por desgracia para los enamorados, lejos queda ya el proyecto de vivir juntos tras el divorcio de Mercedes. “Esto no quedará así. Lucharemos por mantener nuestro amor”, le asegura él. Ella, abatida, no le cree.

Aunque Fernando ha vuelto a su casa, obligado por las circunstancias, su matrimonio es pura formalidad. Mercedes hace lo posible por recuperar el amor de su marido, pero lo tiene todo en contra, sobre todo los rumores de su entorno.

“Ya saben en nuestro círculo de Madrid que nuestro divorcio es algo inminente”, le comenta contrariada, aunque ha hecho un pacto con Agustín.

Este descrédito social amenaza de manera especial la carrera política de Fernando, y Leocadia decide tomar medidas para enmendar la situación.

El combativo Jesús Prado, recuperado del tiroteo en el que fue herido, está convencido de que la bala que le impactó iba dirigida a su hermana, heredera de las tierras, y apunta a Agustín como responsable de lo sucedido.

“Intentaste matar a Alejandra para evitar perder la finca y voy a demostrarlo”, le espeta furioso. Pero ante la resignación de los demás, sobre todo de su padre, se ve obligado a investigar por su cuenta.

Muy ladina, Beatriz se aprovecha de la buena disposición de Ludi, que no sabe leer, para hacerle recoger en la biblioteca un libro que escandaliza a Leocadia. La joven criada aprovechará más tarde los remordimientos que se han despertado en su señorita para conseguir algo a cambio.

Mientras, Encarna y Amparo ya están dispuestas a emprender una vida juntas en Asturias, y así se lo cuenta la primera a Alejandra.

Para ambas es un paso muy importante, pero se encontrarán con el rechazo e incomprensión de su entorno, además de algunas amenazas…