Juan Pablo Llano

Vino al mundo en un conflictivo barrio de Medellín, Colombia, el 17 de noviembre de 1977. “Crecí en una época bastante difícil. Se dice que en la década de los ochenta nacimos muchos y nos criamos pocos. Fue un momento muy crudo de mi país. Pero gracias a Dios y a los valores que me dio mi familia, no caí en ese mundo oscuro del narcotráfico y la violencia, pese a las muchas ofertas que recibí”, confiesa el actor Juan Pablo Llano.

Además, durante la adolescencia tenía otras claras inquietudes: “Soy parte de una generación que prefirió empuñar un micrófono o aprender a tocar algún instrumento musical”. De hecho, llegó a liderar una banda, Rémora, que mantuvo viva mientras estudiaba Publicidad.

En la Universidad conoció a Catalina Gómez, con quien empezó a salir en 1998. “Una amiga se había fijado en él y yo, por molestar, lo llamé. Él me miró y se puso superrojo. Luego me enteré de que yo le gustaba mucho y que decía que yo sería su esposa”, recuerda ella. 

Y él acabó conquistándola. En 2004 se casaron y tuvieron dos hijos, Violeta, en 2007, y Matías, en 2009. Y fue ella quien lo tentó a ser modelo. “Me hice unas fotos y empecé sin querer. Me ilusioné cuando empezaron a pagarme”, cuenta entre risas.

“Grabando un anuncio en Costa Rica tuve que actuar más de la cuenta y fue lo que despertó mi vocación. A partir de ahí, tomé cursos en México, donde estuve trabajando de modelo”.

A su regreso a Colombia, en 2003, le llegó su primera oportunidad en El auténtico Rodrigo Leal y, seguidamente, participó en Dora, la celadora y Francisco el matemático.  

Se instaló en Miami en 2010, tras firmar un contrato con Telemundo, y participó en El fantasma de Elena y Aurora.

Además, hizo Secreteando, la primera telenovela grabada para internet: “Me gustó trabajar en las redes sociales, que es hacia donde van destinados todos los productos realmente Se usan cámaras digitales con resolución de cine. Las escenas son más ágiles y dinámicas. Es un aprendizaje importante para cualquier actor”.

Pero su consagración llegó en 2011, cuando dio vida a Bruno, un mujeriego que finge ser gay, en la producción Una maid en Manhattan.

“Queremos que puedan salir a dar paseos por el campo, que jueguen con sus primos, comer todos juntos los domingos… Yo estaré yendo y viniendo”, contó.

En 2013, grabó en Venezuela Virgen de la calle, donde afronta su primer papel protagonista.

“Había rechazado ya algunos porque a mí los personajes secundarios me parecen más ricos a nivel interpretativo y, además, no quería hacerlo antes de tiempo. Pero ahora fue una imposición de Televisa”.

Lee la biografía completa en la revista Telenovela.

En 1998 conoció a Catalina y en 2003 se casó con ella: “Nuestra relación se basa en la lealtad, la fidelidad y la honestidad. Nos sentimos en armonía”.

Fruto de su amor nacieron Violeta, de 9 años, y Matías, de 7. “Amo ser papá. La vida me cambió y no me imagino sin ellos, sin sus risas por la mañana, sin verlos dormir…”, afirma el actor.

Su espectacular físico lo ha llevado a ser imagen de conocidas firmas y a subirse a las pasarelas, siendo catalogado como uno de los mejores modelos del país.

“Es una faceta que acepto y quiero, pero lo hago porque me pagan. Actuar sí es una pasión que me llena”.