Carmen tiene contracciones y llaman a Macrina para asistirla. Tras un complicado parto, la mujer muere y la partera culpa al bebé: “Tiene un lunar en forma de calavera. Símbolo de que está maldita”. Por si fuera poco, el cuerpo de la madre desaparece, aumentando la superstición sobre la criatura. Anselmo, su padre, se convierte en su protector ante el rechazo unánime de sus vecinos. Pronto, él confirma que el cuerpo de su mujer lo enterró Severo, su suegro, para crear confusión.

La única persona que se apiada de la situación es Elsa, que se ofrece a ser la madrina de la criatura sin ni siquiera conocer a la familia. Madre de Rodrigo, los dos pequeños crecen aislados y se hacen muy amigos.

Pasa el tiempo y el chico pone rumbo a la universidad en el extranjero. “Toma este crucifijo para que te ampare y no me olvides”, dice a Aurora. Ella, le corresponde con una medalla. No es la única mala noticia que Sánchez recibe ese día, pues al regresar a casa encuentra a su padre muy grave: “Voy a morir. Saca el dinero del cajón y huye a Ciudad de México. Aquí te harán la vida imposible”. Tras estas palabras, el campesino cierra los ojos y su hija lo entierra con ayuda del padre Basilio. Luego se marcha a casa de su soberbia tía Brígida, que la trata como una sirvienta, pero sin pagarle nada.

Transcurridos seis años, Rodrigo sigue pensando en la niña morena de ojos verdes de quien se quedó prendado de pequeño. Para intentar olvidarla sale con Pilar, una compañera de la universidad, aunque en el fondo sabe que se trata de un error. El chico se propone recuperar a Aurora, pero nadie conoce su paradero.

En el pueblo, la vida también ha avanzado y la amistad de Elsa y Apolonia se ha roto tras un accidente en el que sus maridos fallecieron. La segunda intenta una reconciliación, que no se produce. “Lo siento, pero ciertas cosas no pueden perdonarse”, responde la mujer.

En la finca, el capataz Jerónimo vive enamorado de su patrona, pero tiene un romance con Epifanía, una empleada, que quiere formalizar su relación con él.

Por otra parte, Altagracia y Máxima piden al padre Basilio que clausure la cantina del pueblo: “Los espectáculos de El Huateque son intolerables”.

En Ciudad de México, Aurora va de compras con su tía y ve el coche de Rodrigo. Del impacto, se le caen las bolsas y cuando él se acerca reconoce el crucifijo, pero Brígida se lleva a su sobrina sin que pueda reaccionar ni hablar.