Una vaca muere en la hacienda de los Galicia y de inmediato se propaga por el pueblo el rumor de que se debe a la maldición que porta Aurora. Apolonia le muestra su apoyo al igual que Rafael. “Voy a protegerte”, dice él antes de atreverse a declarar sus sentimientos. “Sé que aún estás dolida y necesitas tiempo para volver a ilusionarte”, añade.

Rodrigo también aprovecha este suceso para acercarse a Sánchez, pero ella lo rechaza: “Ya es muy tarde para tu amor. Olvida lo que pasó entre nosotros”. Aun así, Villavicencio no se da por vencido y decide enviar todos los días una carta de amor a la joven.

Con el fin de averiguar quién robó las joyas de Elsa, Quiñones cita a Corina en una cafetería y trata de ganarse su confianza mientras que Wenceslao hace lo propio con Xóchitl. Por casualidad, Apolonia ve al comandante y no puede evitar sentir celos.

Camilo intenta sobrepasarse con Inés, pero Boni lo impide. La muchacha no soporta ver sufrir a su amiga y le confiesa a Chalo toda la verdad: “Ella te quiere a ti, pero se avergüenza porque en el pasado tuvo una hija que le arrebataron de sus brazos”. Sin dudar, Galicia inicia una investigación para encontrar a la niña.

Elsa acude a la iglesia para contarle a Basilio que Jerónimo se le ha declarado: “No podría soportar las críticas de los demás si aceptó su amor”. No es la única confesión que escucha el padre ya que Maximina y Altagracia llegan poco después: “Nos gusta ir al Huateque a tomar alcohol”.

Quiñones se presenta en El Recuerdo y tras aclarar a Apolonia que solo sale con Corina para saber si es la ladrona de las joyas, la besa apasionadamente. Pese a que la señora le corresponde, rechaza tener una relación con él: “No me es indiferente, pero no sé como reaccionarían mis hijos”.

Dispuesta a todo por separar a Aurora de su hijo, Elsa le ofrece pagar sus estudios si se marcha de El Salado. Ajeno a esto, Villavicencio convence a Labiada de que siga haciendo negocios con ellos a pesar de que Corina trató de contaminar la leche.

La trabajadora social visita a Gloria para interrogarla sobre su situación y la del pequeño Tobías. “Tú serás el culpable si me quitan la custodia de mi hijo”, reprocha a Ponciano.

En comisaría, Aurora y Dionisio se ven las caras para resolver la denuncia por violación y él es defendido por un prestigioso letrado contratado por Severo. Rodrigo y Juárez apoyan a la chica.