En una indiscreción, Catalina confiesa a Blanca e Imelda que Juan Pablo y Julieta le hicieron un préstamo a Hugo para invertir en un negocio de lombrices: “Por desgracia, salió mal”. Sin dudar, las Córcega buscan a la creativa para reclamarle por lo sucedido y ella exige que no se metan en sus asuntos. Justo en ese instante, llega Copper y apoya a su prometida: “Quiero que les quede muy claro que a mi futura esposa nadie la regaña ni le dice lo que tiene que hacer”.

Amalia recibe buenas noticias del concurso de la radio: “Eres semifinalista”. No obstante, nadie de su entorno la reconoce porque mintió sobre su identidad.

Julieta y Robert deciden compartir con Blanca la gran noticia de que van a ser papás y le piden que sea prudente y guarde el secreto. Sin embargo, la mujer es incapaz de contener su felicidad y se lo cuenta a Imelda.

Frida está triste y no quiere ir a la escuela pues hoy es el día en el que deben asistir con sus padres. Marisol telefonea a Ignacio, pero él no responde porque está con Begoña así que Galán pide a la niña que le permita acompañarla y entran de la mano.
Durante la reunión, Xavi le dedica una tiernas palabras y Córcega le agradece por todo lo que está haciendo por ellas. Una vez a solas, se anima a revelar que ya no es un artista de renombre.

Ana le ruega a Tulio que no espere más tiempo para cumplir su sueño y busque a otra mujer que sí le pueda dar hijos, pero él se niega: “No puedo estar con nadie más. Te amo a ti”.

La relación entre Aguilar y sus cuñadas sigue siendo tensa, especialmente con Linda. “Te puedo dejar de hacer la vida imposible a cambio de que me regales toda la ropa que yo quiero. Si no convenceré a mi mamá para que te saque de nuestra familia”, la chantajea Córcega. Pero lejos de aceptar, la creativa le planta cara: “No te tengo miedo y no creo que eso vaya a suceder porque le voy a dar un nieto. Estoy embarazada”.

Esa noche, la familia disfruta de una cena en casa de Tulio y Ana, en la que brindan por recuperar el tiempo perdido y por el estado de Julieta. “Te odiaba y a la vez deseaba cada mañana que aparecieras”, revela Daniela a su hermano. Linda, por su parte, se siente incomprendida y se marcha sin dar explicaciones.

Bruno pasa a recoger a la chica y la lleva a la playa. Allí, el joven la sorprende al mostrarle una tabla de surf con una pregunta: “¿Quieres ser mi novia?”. Sin dudar, ella acepta y le confiesa que si se comporta de manera malcriada y rebelde es por falta de cariño.

Horas más tarde, regresa y, como castigo, Eugenio quiere cortarle el pelo: “Así aprenderás a no burlarte de tus padres”. Por suerte, el resto de la familia lo evita.

Imelda y Blanca presionan a Julieta y Juan Pablo para que pongan la fecha de la boda y ellos la fijan para dentro de un mes con la condición de que no interfieran en los preparativos. “Queremos algo muy sencillo”, dicen. Poco después, la pareja acude al ginecólogo y se emocionan al ver por primera vez a su hijo.

Daniela se cruza con Benjamín en el restaurante y él le recuerda que va a casarse con la que era su mejor amiga. La joven se derrumba y Gabriel le brinda su apoyo. No contento con esto, el joven busca a Córcega pasados unos días y, tras admitir que aún siente algo por ella, le dice que sería capaz de cancelar su matrimonio si ella se lo pide.

Ana, por su parte, vive atormentada por haber abandonado a Juan Pablo en un orfanato y Tulio le aconseja que se sincere con su familia. “Por tu culpa cometí ese gran error. Nunca voy a perdonarte que me dejaras sola cuando más lo necesitaba”, le reprocha ella.

En el hospital, Robert se lleva una gran sorpresa al encontrarse con Daphne, un viejo amor de la universidad. Cuando Julieta la conoce, no puede evitar sentirse celosa al ver que la doctora trata de coquetear con Cooper.

Cumpliendo con el trato que hizo con su amigo Cornelio para vengarse de Linda por jugar con los sentimientos de otros, Bruno rompe con ella: “No me gustas”. La chica se queda con el corazón destrozado y sufre un desmayo.