Julieta está decidida a que sus hermanos dejen de ser unos mantenidos y se hagan personas responsables. Por eso, presenta a Hugo a Amalia y a Belén y les asegura que él se encargará de la administración de su tienda y las ayudará también en otras cosas que necesiten, mientras a Bruno le pide que haga las maletas porque se irá a vivir con ella. Catalina reacciona de muy mala manera y se niega a dejar ir a su hijo pequeño.
Cuando Polita llega con cosas para el bebé que le ha regalado Aguilar, Audifaz ve que son de buena calidad y se le ocurre que podrían venderlas para cubrir otros gastos importantes de la casa. Aristóteles se enfada al saber lo que están haciendo, pero es incapaz de decir nada. “Copié las respuestas del examen para sacar un diez y que os sintierais orgullosos”, acaba revelando el joven.
Tulio también se muestra interesado en ayudarlos y ofrece a Córcega que trabaje para él: “Puedes ser mi asistente y tener unos ingresos fijos, pero a cambio debes modificar tu aspecto físico y tu forma de hablar y reconocer tu edad porque te ves ridículo tratando de aparentar lo que no eres”.
Imelda descubre que Ana guarda una fotografía de Juan Pablo entre sus pertenencias. Cuando la enfrenta en busca de explicaciones, la mujer decide contarle la verdad: “Quería recordar todos lo días lo que hice. Yo fui quien lo separé de vosotros al abandonarlo en el orfanato”. La señora, que se niega a perdonarla, queda muy afectada pues siente que ella tiene parte de culpa en lo sucedido y se desmaya.
Ajena a esto, Blanca acepta las disculpas de Eugenio por haberla acusado durante tanto tiempo de la desaparición de su hijo.
Con el fin de que Hugo y Bruno conversen con su padre y le den una oportunidad, Julieta organiza una cena familiar. Cuando el hombre está a punto de explicar el motivo de su ausencia, Catalina aparece en la casa diciendo que no le permitirá que siga manipulando e inician una fuerte discusión. “Si no volví a ver a mis hijos fue porque tú no me lo permitiste”, le recrimina él. Y añade: “Os pido que no me guardéis rencor y, a partir de ahora, me encantaría estar a vuestro lado”.
Finalmente, Daniela acompaña a Gabriel a la fiesta de sus hermanas, pero se niega a vestir de etiqueta como se pedía en las invitaciones. “Quiero que me conozcan tal como soy, sin disfraces, ni falsas apariencias”, asegura.
Orgulloso, el empresario la presenta como su novia y tanto Augusto, su padre, como Cassandra y Clarissa se burlan de ella por su aspecto y clase social. “¡No puede ser que salgas con esa insípida camarera! ¡Ella no está a nuestra altura!”, exclaman. Sin embargo, Gabriel defiende su amor y para olvidar el mal rato vivido, la saca a bailar.
Eugenio encuentra a Imelda inconsciente y rápidamente avisa a Robert para que la lleve al hospital. Allí, les informan que ha sufrido un infarto y la han operado de urgencia: “Tiene insuficiencia cardíaca y está en terapia intensiva”. Los Córcega permanecen a su lado y se reúnen para pedir por su recuperación.
En cambio, Tulio aprovecha la situación para conseguir que su madre le firme un documento con el pretexto de que él va a hacerse cargo de todos los gastos. Sin embargo, lo que reconoce es la deuda que tiene con ellos.
Lejos de allí, Bruno se acerca a Linda ahora que viven en la misma vecindad y le regala un ramo de flores: “Me gustas y quiero que me des otra oportunidad, pero nadie puede enterarse de lo que hay entre nosotros”. Ella acepta y se dan un romántico beso.