La familia Córcega espera reunida en el hospital noticias sobre el estado de salud de Imelda y se ponen muy felices cuando Juan Pablo les informa de que está fuera de peligro: “Ahora solo necesita todo nuestro cariño y cuidados. Muy pronto, estará de vuelta en casa”.

Más tarde, Daniela regresa al restaurante para recuperar las horas que no trabajó y es incapaz de ocultar su dolor por el rechazo y las humillaciones de los Musi. “Sé que nunca van a aceptarme y no quiero ser un problema entre tu familia y tú”, manifiesta.

Sin embargo, Gabriel le deja claros sus sentimientos y asegura que si hay alguien a quien realmente desea tener en su vida es a ella.

Audifaz se presenta en casa de Tulio y de nuevo debe soportar sus ofensas: “Eres un inconsciente y un fracasado que no sabe mantener a su familia”. No contento con esto, el pérfido Córcega regala ropa a su hermano y le pide que se corte el cabello para tener mejor apariencia. Cuando Polita lo ve se queda sorprendida.

Bruno sorprende a Linda con un mensaje en el que le pregunta otra vez si quiere ser su novia. Ella acepta, pero lo presiona para que hagan oficial su relación. “¿Acaso tienes a otra y, por eso, me escondes?”, pregunta celosa.

Mientras la familia celebra la vuelta de Imelda, Tulio asegura a Eugenio y Juan Pablo que si no pagan el dinero que deben va a quedarse con sus propiedades, y más ahora que ha conseguido que su madre le firme un documento. “Teníamos un acuerdo. Si guardábamos el secreto, cancelabas la deuda”, recuerda el médico.

Julieta está decidida a pasar el resto de su vida con Córcega y Blanca, que está muy feliz pues cree que no hay mejor mujer para su hijo, manda un vídeo a toda la familia para reunirles en la panadería. Una vez allí, Aguilar entrega a su amado un pan que ha hecho en forma de corazón y cuando este lo muerde, encuentra un anillo de compromiso. “Te amo, eres mi otra mitad. ¿Quieres casarte conmigo?”, pregunta la creativa y él dice que sí sin dudar.

Sin tiempo que perder, comienzan con los preparativos y Blanca acepta a regañadientes no intervenir. Ambos deciden casarse en una semana, en unos jardines y ante pocos invitados.

Eugenio sorprende a Gabriel besándose con Daniela y lo trata de muy malas maneras porque cree que solo quiere aprovecharse de su hija. “¡Qué vergüenza! No hace falta que me protejas como si fuera una niña, sé cuidarme sola”, recrimina la chica a su padre.

Ana, por su parte, huye de casa y camina perdida por las calles tras sufrir una nueva crisis. Por suerte, Tulio la encuentra y le suplica que confíe en él. “No necesito tus cuidados. Solo quiero liberarme del dolor que me ha acompañado durante tantos años”, dice ella.

La presentación de Xavi que ha organizado Marisol resulta todo un éxito pese a los intentos de Cassandra y Clarissa por boicotearlo. Gabriel no duda en defender a su cuñada y echa a sus hermanas del restaurante.

Llega el día que tanto ha esperado y Julieta camina hacia el altar del brazo de sus padres. Robert se emociona al verla y, ante la mirada de sus familias, se intercambian las alianzas y se juran amor eterno. “Eres una bendición que llegó a mi vida”, afirma él.

Por una vez, los Córcega y los Aguilar olvidan sus diferencias y se divierten bailando y cantando juntos durante el convite.

De regreso a casa, la felicidad de Blanca se trunca con una inesperada revelación de Tulio: “Tú no perdiste a tu hijo en el mercado. Ana te lo robó y lo abandonó en el orfanato”. Pero su dolor es mayor cuando sabe que toda la familia estaba al tanto del secreto y decide irse de casa.

Ajenos a esto, Gabriel y Daniela disfrutan de su amor en un viaje a Ciudad de México. En un momento dado, él se viste de príncipe y le entrega un cofre en el que se esconde un anillo de compromiso. La chica se queda tan impresiona que se le va la voz y no puede responderle.