Pablo organiza una visita a su hacienda para los medios de comunicación y se siente atraído por Regina Parejo, una bella presentadora de televisión. A ella le dedica una atención especial mientras muestra los animales salvajes. Incluso la salva de morir ahogada en el río.

Días después, en la redacción de El Espectador, un periodista recaba información sobre los oscuros negocios del aspirante a senador. Mientras tanto, el narco sigue organizando fiestas para sumar aliados políticos. Además, gracias a las casas que ha regalado a los pobres se ha convertido en su gran defensor.

A Galán le preocupa el éxito que está cosechando su rival, y no es para menos porque finalmente consigue un puesto en el Congreso. Aunque está feliz, Pablo no olvida que fue rechazado por el político y piensa vengarse, pero otros asuntos lo mantienen ocupado de momento.

Primero, viaja a España para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente del Gobierno. De regreso, hace escala en Miami para solucionar problemas con el envío de droga y citarse con Regina, a quien seduce. La obsesión que siente por ella le lleva a presentarla a sus socios y a engañar a Patricia asegurándole que solo es una amiga.

Mientras Fabio, cuñado de Pablo, monta en la selva un laboratorio de procesamiento de coca, Rodrigo Lara Bonilla, la mano derecha de Galán, es nombrado ministro de Justicia. Escobar le tiende una trampa con ayuda de Ortiz y Santorini cuando lo descalifica en una rueda de prensa. Días después, en una sesión de control, varios congresistas aseguran tener pruebas de su relación con el narcotráfico. Cegada por la fascinación que ejerce en ella Pablo, Regina lo defiende cuando lo acusan de ser el artífice de la conspiración.