Escobar no ceja en su empeño, y atenta de nuevo contra el ministro de Justicia. Dos de sus hombres realizan una maniobra de distracción para despistar al escolta, que lo sigue en un coche, y se colocan en paralelo al vehículo donde va el político. Sin mediar palabra, uno de ellos lo acribilla a balazos.

Varios agentes llegan en ese momento y se produce un tiroteo que se salda con la muerte de uno de los asesinos y el arresto del otro. Pese a la gravedad de las heridas, Rodrigo Lara ingresa vivo en el hospital, pero muere poco después. Su esposa, Nancy, y su hijo lloran sin consuelo.

El país entero se queda conmocionado y la policía pone en marcha operaciones y rastreos por todo el territorio, lo que obliga a Escobar y a sus socios a huir.

Chili y el Topo se esconden en una casa abandonada, Pablo viaja a Panamá en una lancha con Gonzalo y Fabio y su madre y su mujer van a su encuentro en avión. Mientras, en el Capitolio las personas más relevantes del país despiden al político en una multitudinaria ceremonia. El presidente y algunos altos mandatarios ofrecen su apoyo a la viuda, que acepta trabajar en la embajada en España para rehacer su vida lejos de tanta violencia.

Tras días de arduas investigaciones, el equipo comandado por el coronel Jiménez consigue identificar al Topo y a Chili como los hombres que están detrás del atentado y peinan la ciudad de Medellín en su busca. Fabiola, la esposa del primero, los delata bajo coacción. Al enterarse, el delincuente no duda en hacerle pagar la traición desfigurándole el rostro con un cuchillo.

Una vez en Panamá, Escobar siente que la única salida es negociar con el gobierno de Colombia y se reúne con el expresidente Alfonso López, que acepta hacer de intermediario al estar casualmente en el país. Pedro lo acompaña.

En el encuentro, el capo se compromete a desmontar el negocio del narcotráfico y a colaborar con la policía para erradicar el consumo de droga a cambio de la no extradición y de que el cartel de Medellín salde de forma favorable sus deudas con la justicia.

El Gobierno colombiano se plantea negociar, pero la reunión, que se había mantenido en secreto, trasciende a la opinión pública y el presidente da marcha atrás. Escobar y los suyos se quedan desprotegidos, y más tras activarse la Ley de Extradición que los obliga a regresar a su país. En esa situación, Patricia da a luz a una niña a quien bautizan con el nombre de Daniela.