Al encontrar en la habitación de Eva las pertenencias de Juan Carlos, Eugenia no tarda en darse cuenta de la verdad y se queda muy impactada. Sin decir nada, regresa a casa y Modesto le prohíbe que vuelva a quedar con la empleada de Grupo Imperio. Ajeno a esto, Caballero va a buscar a Carmen con la excusa de asesorarla y descubre que tiene otro hermano.

Angélica sale a cenar con Santiago y pierde los nervios al ver que no la presenta delante de sus amigos. “¡Soy su esposa!”, grita para asombro de todos. Una vez en su apartamento, él se sincera: “Mi familia tampoco está al tanto de nuestra boda. Mis padres querían otro tipo de mujer para mí”.

Durante una junta de Grupo Imperio se anuncia que solo viajarán a Playa Majahua, Adriano, Eva, Plutarco y Helena. Rebeca pone el grito en el cielo y responsabiliza a esta última, pero el dueño de la empresa le aclara que ha sido una decisión exclusivamente de él. Aun así, la chica se resiste a aceptarlo y aprovecha para chantajear a Ramos: “Tienes un mes para organizar nuestro matrimonio o todo el mundo sabrá de nuestro idilio”.

El doctor ya tiene listos los resultados de los análisis que le realizó a Eugenia y comenta a Eva que la señora no está siendo atendida como debe.

Plutarco entrega a Helena la tesis falsa de Antonia y en complicidad con un abogado le muestra pruebas que señalan a Juan Carlos como autor del fraude.

Cerca de allí, Eva seduce a Adriano para tratar de convencerlo de revisar las cuentas y readmitir a las cien mujeres que fueron despedidas. No obstante, cuando él trata de besarla, ella se ofende y se marcha. A las pocas horas, le lleva una serenata, pero no consigue su perdón.

De todas formas, Reyes no se da por vencido y para demostrar a su amada Jaramillo que está cambiando, le dice a Helena que acepta su decisión de que Lucía sea su asistente. “También volverán a sus puestos de trabajo las cien mujeres. A partir de ahora no habrá más actitudes machistas en esta empresa”, declara.

A la vez que Silvia se presenta a su primeros exámenes, Eduardo contrata a una señora para que limpie la casa y no duda en humillarla. “¡Tú sí que eres inútil!”, exclama la mujer muy enfadada antes de renunciar a su empleo.

En playa Majahua, Adriano prepara una velada romántica a Eva y le pide que sea su novia, pero ella una vez más lo rechaza. Dolido, el empresario se emborracha e informa a Plutarco de que se regresa a México y renuncia a Grupo Imperio. Por eso, le deja como presidente y le entrega el discurso que iba a dar ante los lugareños y el gobernador.

El pérfido Ramos no puede disimular su alegría, pero horas después cuando está a punto de comenzar, aparece Adriano del brazo de Eva y le arrebata la palabra. Desconoce que ha sido ella quien le ha hecho cambiar de opinión gracias a que ha aceptado ser su novia.
El acto resulta un éxito y mientras Reyes atiende a la prensa, Helena se aparta con Plutarco y le dice que es un hombre maravilloso: “Me tratas como nadie lo ha hecho”. Ambos se funden en un tierno beso y se dan una oportunidad, pero él le pide llevarlo en secreto para evitar habladurías.

Angélica organiza una reunión para que Santiago la presente ante sus amigos como su esposa. Sin embargo, este se marcha avergonzado al verla tomar unas copas de más y bailar de manera provocativa. “Si quieres que cambie, lo haré”, afirma ella. Por su parte, Lucía se siente culpable por haberle quitado el puesto a Renato y promete ayudarlo.

Al saber por Mimí que Eugenia está ingresada, Eva regresa a México. Una vez en la clínica psiquiátrica, la señora se niega a verla y le pide que se vaya. “Yo le recomendé a Modesto tenerla un tiempo bajo supervisión para administrarle un nuevo tratamiento”, calma el doctor a Jaramillo.