Helena tiene que comunicar a Lalito que Juan Carlos tuvo un accidente mortal. Entre tanto, en su empresa buscan rápidamente un sustituto y ponen a Plutarco de vicepresidente. A la vez, Caballero se esconde en una pensión con la ayuda de Mimí: “Tranquilo, no voy a denunciarte a la policía. Además, soy maquilladora profesional. Puedo transformarte en quien quieras”. En ese momento, lo disfraza de anciano, para que pueda acudir a la boda de Santiago, donde nadie lo reconoce. Sin embargo, el enlace no llega a realizarse porque Angélica se presenta en la iglesia y jura que “el novio jugó con sus sentimientos”.

A la mañana siguiente, Helena entra a trabajar en Grupo Imperio.“Serás la encarga del proyecto Playa Majahua”, le anuncia Adriano. Ilusionada se pone a ello cuando recibe la llamada de Eduardo: “Voy a pedir la patria potestad de mi hijo”.

Mimí ha pasado toda la noche pensando en cómo rehacer la vida de Juan Carlos. “Voy a convertirte en Eva María León Jaramillo, una prima mía. Te aseguro que nadie te reconocerá”, dice y empieza con la depilación, para probarle después las prótesis de nariz, culo y pecho, así como una larga peluca y unas gafas. “Estás estupenda. Ahora la prueba de fuego: salir a la calle”, dice. En el paseo confirma que el engaño funciona, pues unos obreros la piropean al pasar a su lado. “Estoy listo para ir a la oficina y demostrar mi inocencia”, piensa feliz. Así lo hace y se gana la confianza de Antonia, consiguiendo ser contratado.

Mientras, Santiago está arrepentido y pide una nueva oportunidad a Paty y Lalito sufre las burlas de sus compañeros por no conocer a su padre. Triste, el niño se escapa de la escuela y, por casualidad, es Eva quien lo encuentra en un parque y lo consuela.

Cuando llaman del colegio, Helena, Plutarco y Onésimo se ponen a buscarlo inmediatamente y llegan al mismo lugar, acusando a la mujer de retener al pequeño contra su voluntad: “Es un error. Solo quería tranquilizarlo”.

Por su parte, Fernando pasa también por un mal trago al escuchar a Marcela contar a Jennifer que perdió la virginidad con Diego. “Creo que me equivoqué y que no era el hombre adecuado. Amo a otro”, reconoce.

Ya en la oficina, Helena recrimina a su nueva compañera que no la avisase inmediatamente de que estaba con su hijo. “Eres mi asistente, pero espero que no vuelvas a meterte en mi vida personal”, exige sin aceptar ningún tipo de explicaciones.