Durante una conferencia de prensa, Helena es cuestionada sobre el episodio con Fairbanks y los problemas surgidos entre la constructora Fidsa y la gente de playa Majahua. “¿No se tratará de otro fraude como el que protagonizó Juan Carlos Caballero?”, insinúa un periodista. La mujer se queda de piedra y Rebeca, que ha planeado todo, debe salir en su ayuda. Más tarde, Adriano se reúne con sus empleados y deja que Plutarco y Mendoza se encarguen del problema.

La situación de Santiago es cada vez más comprometida y se desahoga con Lucía: “Estoy solo y al borde de la ruina por una boda que no llegó a celebrarse. Lo único que me queda es el orgullo de no pedirles dinero a mis padres”. Su amiga trata de animarlo y le propone que viva con ella para que pueda alquilar su apartamento: “Así podrás ir pagando tus deudas”. A pesar de que al principio duda, termina aceptando y se funden en un cariñoso abrazo.

Silvia se niega a perdonar a Eduardo Dagoberto pide a Mimí que le dé la oportunidad de enmendar su error, pero ella se niega. “Te perdono por el daño que me hiciste, pero no quiero tener contacto contigo nunca más. Ya hay otro hombre en mi vida”, afirma.

Preocupada por el devenir del proyecto de playa Majahua, Helena llama a Juan Carlos y le exige que vaya al restaurante donde está reunida con Plutarco y Adriano para aclarar todo. “Estoy dispuesto a pasar los próximos veinte años en la cárcel con tal de que creas en mi inocencia”, dice él sin dudar, pero cuando está a punto de hacer acto de presencia, ella lo frena y le revela que los últimos acontecimientos le han hecho dudar de todos. “¿Y aun así piensas casarte con Plutarco?”, pregunta Juan Carlos.

Félix entrega a Rebeca el disco que le pidió y cuando esta le paga, Renato los sorprende. “Es un antivirus”, se excusa. Una vez a solas, hackea el correo de Helena y descubre que va a verse a solas con el gobernante de playa Majahua. No es el único motivo de alegría para ella ya que consigue vivir una noche de pasión con Plutarco. “Esta es la última vez”, afirma tajante él antes de irse.

Ajena a esto, la ejecutiva está llena de dudas y Silvia le aconseja que no se case. Será Lalito quien, sin quererlo, la ayude a tomar una decisión cuando le revela que pegó al hijo del capataz porque Plutarco le dijo que debía demostrar su fuerza. “Me pidió que te lo ocultara porque eres mujer y no ibas a entenderlo”, añade.

Muy enfadada, Helena cita a su prometido y rompe con él: “Es lo mejor para los dos. No estoy enamorada”. Plutarco no puede creerlo y se rehúsa a aceptarlo. Quien tampoco pasa por un buen momento personal es Eduardo. A pesar de que sorprende a Silvia con su canción favorita, un ramo de flores y la invita a cenar a un restaurante, ella no lo perdona. “Hay cosas que no se olvidan, por ejemplo, el bebé que perdí por culpa de tus golpes. Esperé mucho tiempo a que cambiaras y ahora ya es tarde”, sentencia.

Lejos de allí, Dagoberto asegura a Mimí que está muy arrepentido y que quiere que le dé otra oportunidad porque es el amor de su vida. La mujer duda de su sinceridad, pero sí acepta que pase unos días en la pensión. Como le pidió Claudia, Daniel se presenta en casa de Eugenia fingiendo ser el chofer que le llevará a una prueba con un productor.

Ilusionada, la señora entra en una sala llena de indigentes y, en su delirio, los confunde con extras por lo que empieza a actuar y a recitar diálogos. Mientras Plutarco se presenta borracho en casa de Helena y la presiona para que vuelva con él, Adriano confiesa a Eva que quiere retirarse después de ue se casen y dejar al propio Ramos a cargo de Grupo Imperio. “Debería haber una votación entre los socios”, asegura ella indignada.

Daniel sale con Jennifer y, con malicia, la convence de que se cambie y se ponga un sexy vestido rojo: “A mí me gusta que te veas más mujer y no una iña”. No contento con esto, le dice que no coma tanto porque si engordaya no la querrá.

A su regreso a casa, el chico le cuenta a Claudia que dejó a su madrastra en un albergue y ella, alarmada, pide que vaya a buscarla. Para ese entonces, la esposa de Caballero camina sin rumbo por las calles y unos hombres tratan de asaltarla. Por suerte, Juan Carlos aparece a tiempo.

De inmediato, la actriz es trasladada al hospital y, tras unas pruebas, los médicos informan a la familia de que no ha estado tomando la medicación adecuada.