Kadir conversa con Kerim y le dice que estar viviendo con ellos le hace muy feliz y le agradece su hospitalidad. Además, le confiesa que está enamorado de Ebe Nine: “Me gustaría contar con tu beneplácito para pedirle la mano”. El joven asiente de buen grado.

Fatmagül hila varios hechos y, sospechando que Osque vive con su enemigo, la telefonea para confirmar que fue su cuñado quien abusó de ella. “¡Ayúdame, por favor!”, responde la joven con un grito desesperado y lleno de valor. El hombre pierde los nervios al escucharla y, tras hacer las maletas para escapar, la acusa de estar mintiendo. De igual manera reacciona la hermana de la chica: “¡Mi esposo es inocente!”.

Horas después, acompañada de su madre, Kadir y los Ilgaz, Osque acude a denunciar. Para su sorpresa, su cuñado se entrega a las autoridades y admite su delito por lo que es detenido. “Perdóname. Si me lo hubieras dicho, me habría alejado de él”, suplica entre lágrimas su hermana. Ambas se funden en un emotivo abrazo para reconciliarse.

Munir secuestra a Asu para saber sobre Mustafá. “Déjame en paz. No sé dónde está”, responde ella. A su vez, este se comunica con su madre para revelarle que va a abandonar el país por un tiempo y le ruega que cuide de su esposa y su hijo.

Al anochecer, Kadir se prepara para pedir matrimonio a Ebe Nine y Mukaddes lo anima a hacerlo ante la familia reunida. “No tengo palabras para expresar lo feliz que soy. Me has devuelto la vida”, manifiesta el abogado tras el sí de ella y todos les felicitan. A punto de caer en la quiebra,
los Yasaran se ven obligados a aceptar una paupérrima oferta para vender su empresa. “En seis meses ellos serán los dueños de todo esto”, afirma resignado Resat. Pero eso no es lo peor ya que descubren que la accionista mayoritaria es Ender. Esta celebra junto a su hija Meltem que su plan de
venganza acaba de comenzar y está saliendo a la perfección.

Poco después, un hombre asalta el restaurante de Fatmagül y lanza piedras a las ventanas.“¡Eres una mentirosa!”, grita. Su sorpresa es mayúscula cuando al asomarse ve que es Mijab, cuñado de Osque, ya que en su segunda declaración negó los hechos y lo dejaron en libertad.

Por miedo a que tome represalias también contra la chica y su familia, Fatmagül propone acogerlas en casa, pero Mukaddes se niega. “Podrías llevarlas a la cabaña del bosque”, sugiere con acierto. Por eso Kerim sale de noche a acondicionarla sin imaginar el peligro que corre…

Mustafá se ha ocultado allí y al verlo llegar coge un arma. En ese momento, Kerim recibe una llamada de su esposa y el primero al oír la romántica conversación, se ciega de odio y le dispara. Acto seguido, huye en coche y lo deja malherido, aunque por suerte el joven logra avisar a Fatmagül.

De inmediato, es llevado al hospital donde lo operan. Al despertar no recuerda nada de lo ocurrido y su mujer le confiesa que temía perderlo: “Sin ti no podría vivir”. Aunque parece recuperarse, poco después su estado empeora…

Mientras Selim se encuentra a Meltem en una fiesta y le advierte de las intenciones de Mustafá: “Aléjate de él si quieres evitar problemas”. De hecho, en ese instante, el individuo es detenido cuando intenta salir del país e interrogado en comisaría.