Dolida tras aceptar que ha vivido en un engaño, Asu deja a Fatmagül un mensaje en el móvil, pero como no recibe respuesta decide buscarla en su restaurante. “Mustafá todavía te ama y piensa que tú lo correspondes. Él disparó a Kerim, también mató a Vural y yo seguí con él porque estaba locamente enamorada”, revela la mujer. Y añade: “Ahora la vida de tu viejo amor está en tus manos”.

Acto seguido, se monta en el taxi de su inseparable Sami y compra un billete para abandonar la ciudad ese mismo día. No obstante, antes se comunica con su todavía esposo para advertirle de que lo delató. “¡Estás loca! ¡Voy a matarte!”, grita furioso Mustafá. De igual modo, los Yasarán se desesperan al saber lo ocurrido ya que temen que si su aliado cae, ellos también lo harán.

Ajeno a esto, Kadir disfruta de su luna de miel con Ebe Nine y le recita románticos poemas. Fatmagül y Kerim acuden a denunciar y, de inmediato, las autoridades emiten una orden de arresto contra Mustafá. Desde Izmir, Fahrettin les telefonea para darles buenas noticias: Serdar declaró nuevamente y retiró la coartada a su amigo.

Nada más aterrizar en Trebisonda, Asu se encuentra con dos policías que la llevan de vuelta a Estambul para que declare. Münir la visita en comisaría y la amenaza con revelar todo su pasado si los involucra: “Tu madre todavía piensa que vives en Alemania y estás casada…”. Mustafá, que se esconde en una de los sótanos de la casa de los Yasarán, tiene un encontronazo con Selim y le dice que podría matarlo como hizo con Vural.

Fatmagül se encuentra abatida a causa de los últimos acontecimientos y Kerim le confiesa que siente celos de su expareja. Por su parte, Fahrettin no cesa en su empeño por hacer justicia y se reúne con un periodista que le da importantes claves para el caso de su nuera: “Münir me amenazó con cerrar mi periódico si hacía eco de esa violación. Además, todos los empleados del hospital donde estuvo ingresada Fatmagül fueron silenciados por el resto de los Yasarán”.

Mientras Rahmi comparte con Ebe Nine que tiene un mal presagio y ella trata de calmarlo en vano, Fatmagül comienza a confeccionar su vestido de novia y Mukaddes aprovecha para hacer un ritual: coloca a la pequeña Elif encima de la tela para que su cuñada sea pronto madre. Más tarde, la mujer acude junto a Kerim a terapia con la psicóloga.

Lejos de allí, los Yasarán se dan cuenta de que Mustafá escapó y cuando lo comentan, Perihan los escucha. “¡Los odio!”, exclama.