Al amanecer, Mukaddes comienza a tener contracciones un mes antes de la fecha prevista y Ebe Nine se ve obligada a ayudarla en las labores de parto. Cuando la ambulancia llega, ya ha nacido una hermosa pequeña y la trasladan al hospital junto a la madre para cerciorarse de que no hay ningún roblema. Una vez allí, la familia festeja la llegada de la nueva integrante y le buscan un nombre. “ Me gusta Elif. Así se llama la niña más linda de mi clase”, asegura Murat y todos se muestran de acuerdo.

De regreso a casa, Aksoy halla en el cuarto de Kadir una imagen familiar con un mensaje escrito en el dorso. Pero su sorpresa es mayor cuando lo ve llegar en el coche de una misteriosa mujer.

Fatmagül camina por un lugar solitario y se queda helada cuando Erdogan la aborda. “Quiero que retires todos los cargos en nuestra contra. Déjanos vivir en paz”, exige mientras la zarandea. Por suerte, en ese instante aparece Rahmi y le propina al hombre un fuerte golpe en la cabeza con una pala. De inmediato, cae al suelo y queda inconsciente.

Mustafá, que ha presenciado la escena a lo lejos, llama a Resat y Selim se da cuenta de que planearon todo, aunque se les fue de las manos. “Lo que hago es por protegerte”, afirma el empresario ante los reproches de su hijo.
Las autoridades inician una investigación y anuncian que debe declarar Rahmi, quien todavía en estado de shock y con total sinceridad relata lo que le izo a Erdogan: “Fue para salvar a mi hermana”. Acto seguido, el hombre es llevado al doctor para analizar su estado mental y, ante la ausencia de nomalías, decretan su ingreso en la cárcel.

Münir aprovecha la situación para atemorizar a sus enemigos. “Reza para que Erdogan no muera o acabaremos con vosotros”, advierte a Mukaddes. De hecho, poco después el abogado recibe una llamada que le deja al borde de las lágrimas y tanto Kerim como Fatmagül temen lo peor. “Leman murió. Saltó desde una ventana del hospital en el que estaba ingresada”, aclara este.

La noticia de la detención de Ketenci no tarda en saltar a los edios y mientras el propio afectado debe soportar las mofas del resto de reclusos, Murat llora desconsolado por las burlas de sus compañeros de colegio.

Mukaddes se desespera y culpa a Fatmagül de todo lo malo que les está pasando: “Tienes que hacer algo para salvarlo”. Por eso, la joven se plantea ceder a los chantajes de los Yasaran, pero Kadir la persuade: “No es buena idea que retires la denuncia por abuso para que tu hermano quede libre”.

Pasados unos días, Erdogan recibe el alta médica y decide no presentar cargos contra Rahmi. Eso sí, no está dispuesto a olvidarse de Fatmagül y sigue cosándola al igual que Mustafá. Ilgaz los denuncia y cuando la policía se dispone a detenerlos, este último logra escapar.

Pero no todo es malo para la mujer ya que recibe a una de las miles de personas que contactaron con ella y se emociona con el relato de lo que le sucedió a su hija Osque. Poco después, se presenta en su casa para animar a denunciar, pero la joven se niega y llora desconsoladamente.