Llega el día del juicio y gracias al testimonio de Asu, Kerim queda en libertad. Leman pierde los nervios al saber la sentencia y cada vez más convencida de que Resat es el responsable de la muerte de Vural, lo espera a la puerta de su casa y le dispara en la pierna. Por suerte, Münir aparece a tiempo de evitar una tragedia y, tras pedir una ambulancia, telefonea a Semsi para que se lleve a la mujer. “A ti también te
odio. ¡Por estar contigo perdí el cariño de mi hijo!”, grita ella.

No es la única preocupación para los Yasaran ya que Fahrettin se presenta en su mansión y les advierte que hará todo lo que esté a su alcance para hacer justicia y limpiar el nombre de su hijo.

Entre tanto, Mustafá y Asu esperan sin mediar palabra su turno en los juzgados para darse el “sí, quiero”. Una vez en la sala y con semblante serio, firman los papeles que los convierten en marido y mujer bajo la atenta mirada de sus dos testigos, un amigo de cada uno. Halide y Emin son ajenos a lo que está sucediendo.

A la salida de prisión, Fatmagül espera a Kerim y se funden en un emotivo abrazo. Con la ilusión de retomar su vida en común, inician el viaje de regreso a Estambul mientras que Ebe Nine está inquieta pues sabe que se acerca el momento de cumplir la promesa que le hizo a Fahrettin.

Una vez en casa, Kadir la presiona y no tiene más remedio que entregar a Ilgaz la carta que su madre le dejó antes de suicidarse. “Mi corazón se detuvo el día que me casaron con tu padre al ver sus ojos mirándome con amor y yo sentirme incapaz de corresponderle. Ya no más, no puedo seguir viviendo. Entiendo que difícil entenderme, pero no quiero que culpes a nadie de mi muerte. Sé muy feliz con tu padre y cuídense”, son algunas de las palabras que lee el hombre mientras sus ojos se inundan de lágrimas.

Después de las revelaciones hechas por los Yasaran, Turaner pierde el apoyo de su familia. “¡Eres un sinvergüenza! Ya no soy tu hija, odio llevar tu apellido. Espero que te vayas pronto de nuestras vidas”, asevera Meltem. Ender la apoya y le pide que se vaya de casa: “He iniciado los trámites de divorcio”. Rendido, el expolítico llama a Mustafá para pedirle que cuide a su hija y, acto seguido, se quita la vida.

La noticia pronto se difunde en los medios y Resat reacciona con indiferencia hasta que conoce que Alagoz dejó una declaración antes de morir sobre el caso de Fatmagül. Kerim queda destrozado tras leer la carta de su madre y no entiende por qué Ebe Nine no se la entregó antes. “Toda mi vida ha sido una mentira”, asegura a su esposa. Más tarde, se reúne con su padre y este le da las explicaciones correspondientes. “También debes saber que tienes una hermana”, revela por sorpresa justificando su abandono.

Por otro lado, Mustafá apoya a Meltem y va a declarar ya que fue el último que habló con Turaner. Además, contacta a Fatmagül para avisarle de que el político dejó una carta contra los Yasaran y ella se muestra muy feliz.

No así Kerim, que se pone hecho una furia al saber que su esposa ha tenido contacto con su exnovio. Esto, sumado a la falta de empleo y dinero, llevan al hombre a emborracharse en un bar. A su regreso a casa, Fatmagül se enfada con él.

Kadir sigue trabajando en el caso y está convencido de que podrán ganar. Meltem decide declara a favor de Fatmagül y se reúne con el abogado para darle todos los detalles de la noche en la que ocurrió la agresión.