Alejandro escucha los consejos de Griselda y decide ir a casa de su amada para pedirle perdón. Sin embargo, se encuentra solo a Magdalena y ambos tienen una sincera conversación. “Por cobardía oculté que Marcos no me violó”, dice ella. Acto seguido, le promete que en cuanto desvele a Rosario su pasado lo llamará por teléfono y se despiden con un cariñoso abrazo. La joven, que había salido a pasear al parque, los ve desde lejos y no entiende qué sucede.

En el bufete, Teresa comunica a Esteban que ha iniciado los trámites del divorcio y firma la separación de bienes. “Algún día te darás cuenta de que ninguna mujer te amará como yo”, dice antes de irse. Ofilia oye todo detrás de la puerta y llama a Sandra para darle la buena noticia.

Armándose de valor, Magdalena comienza a contarle a Rosario la verdad sobre su pasado. “Tu padre no nos abandonó. Alejandro y yo nos conocimos en Mérida y…”, pero justo cuando está a punto de revelarle cuál era su relación con él se desmaya. De inmediato, la trasladan al hospital y el pronóstico de Daniel no es alentador: “Ha sufrido un infarto cerebral y su estado es crítico”.

También Caridad pasa por momentos complicados: Guillermo está cada vez más enfermo y Nacho se niega a visitarlo. Sin embargo, gracias a Santamarina el joven cambia de opinión y acompaña a su padre en sus últimos momentos de vida: “Tienes mi perdón por haberme abandonado”. Chávez, por su parte, cumple su promesa de adoptar a Elenita pese a la oposición de su hijo. “¡No quiero ver más a esa niña en nuestra casa!”, exclama.

Pasados unos días, Magdalena se recupera sorprendentemente, aunque no puede hablar. Daniel le da el alta y Rosario se muestra muy agradecida. “Permíteme estar a tu lado. Alejandro va a arrepentirse de haber perdido a una mujer como tú”, dice él dejando entrever sus sentimientos.

A su vuelta al barrio, las Pérez reciben el cariño de los vecinos y también la inesperada visita de Regina. “Tu madre fue novia de Montalbán y se iban a casar, pero en el último momento se enteró de que la muy descarada estaba embarazada”, revela con odio a Rosario. Ella queda muy impresionada y creyendo que el abogado es su padre, se va de retiro espiritual con el padre Bernardo.

Mientras tanto, Montalbán se ve obligado a viajar a Nueva York para dar una conferencia en la cumbre de Naciones Unidas y Priscila, que lo acompaña, aprovecha la presencia de los medios de comunicación para besarlo. Por suerte, Griselda logra contactar con él para ponerle al tanto de lo que sucede y, sin dudarlo, toma el primer avión de regreso a Los Ángeles.

Lejos de allí, Esteban se vale de la ausencia de su socio para cerrar un negocio ilegal con el empresario Renato Villalobos.