El atropello

En la comisaría de Distrito Sur sigue abierto el caso del
voyerista que está utilizando un dron para espiar a las vecinas del barrio. Gracias a la colaboración de Fede logran resolverlo con éxito.

Y esto también favorece que su convivencia con Espe y Lola cada vez vaya mejor.

Para hacer justicia por la muerte de su amigo Mateo, Antonio se pone en contacto con el curandero Justo Ramírez haciéndose pasar por un posible cliente.

Al darse cuenta de que Iker no busca nada serio, Nerea se decide a pasar página y sale con el abogado Yayo Cárdenas.

Nacha atropella a una adolescente con un coche de la policía mientras está patrullando con su compañero Elías.

De inmediato, la atiendan, pero Aguirre no puede evitar tener un gran sentimiento de culpabilidad. Para colmo, es apartada cautelarmente del servicio activo.

La tensión entre Somoza y Fernando aumenta. El colombiano está al tanto de cada paso que da el empresario gracias a Tano y lo atemoriza con posibles consecuencias para Alicia y Julio. “Es mejor que no te niegues a hacer negocios conmigo”, asegura.

No es el único inconveniente para el dueño de Transportes
Quintero ya que Julio se muestra muy suspicaz y está a punto de descubrir droga en unas cajas.

Como consecuencia de la investigación que está llevando a cabo sobre Justo Ramírez, a Antonio le propinan una paliza.

Quintero, muy preocupado por la seguridad de su hija ante
las reiteradas amenazas de Somoza, visita a Marcelino. El empresario deja de lado su orgullo y le propone un pacto.

Mientras Antonio se recupera de las heridas sufridas por la paliza, la Policía registra la clínica de Justo Ramírez con éxito.

Alicia, por su parte, enseña sin poder contener la emoción la primera ecografía de su bebé a Marcelino y a Nerea.

Desconoce la desagradable sorpresa que está a punto de recibir: Alejandro Somoza se ha enterado de su embarazo
y le regala unos patucos azules. Con rabia, la inspectora se presenta en Construcciones SZ para devolvérselos y deja las cosas claras al colombiano.