Es sensible, dulce, profunda y una gran amante de la poesía, de hecho, en octubre publicará su primer libro, En la memoria de mi piel, que descubrirá su verdadera esencia de mujer y de escritora. Apartada durante unos años de la profesión que le apasiona para cuidar a sus dos hijos, su vuelta a la televisión no ha podido ser más exitosa y satisfactoria. Arrayán, El Príncipe; El Ministerio del Tiempo, Amar es para siempre, Traición, Apaches y, ahora, Servir y proteger son series muy distintas en las que ha participado y ha mostrado sus muchos registros interpretativos. Su último reto es la enigmática y sorprendente Sofía Collantes.
¿Tu personaje es realmente tan malvado como parece?
Ella llegó a la serie para vengarse de Somoza y, en el tiempo que estuvo a su lado, consiguió que sacara su lado más vulnerable. Sofía fue un contrapunto muy interesante para él. Y luego está su relación con Sergio…
¿Por dónde irán los tiros con él?
Con ella nada es lo que parece. Tiene mucho poder con los hombres y grandes matices.
¿Qué es lo que más te llama la atención de Sofía Collantes?
Su versatilidad y capacidad para sorprender. Y te aseguro que seguirá por ese camino en pantalla. Es un personaje controvertido. Como actriz me atrae, sobre todo, su riqueza. Al gual que todos, tiene su parte de luz y de sombra, además de un punto de locura realmente interesante. Estoy encantada con ella.
Estuviste en Amar es para siempre. ¿Cómo te has enfrentado otra vez a una diaria?
Lo peor ha sido tener que trabajar en verano, pero gracias al buen ritmo de rodaje y a la buena sintonía que hay en la serie, no ha resultado tan difícil.
¿Conocías a Raúl Olivo y a Nicolás Coronado, Somoza y Sergio?
No, pero desde el instante en el que empezamos a trabajar juntos, hubo gran complicidad y comunicación entre los tres, así como con el resto del equipo. Yo me siento como en casa.
¿Y también has trabajado con José Coronado en la serie El Príncipe?
¡Qué casualidad! Tenía muchas ganas de conocer a Nicolás después de coincidir con su padre, y he descubierto a una persona maravillosa, dulce y especial. Da gusto compartir escenas con él. Tenemos muchas cosas en común. De vez en cuando, en esta profesión pasan estas cosas mágicas y yo las disfruto con cariño. .
