Kevser recrimina a Azad que tome decisiones sobre el viñedo familiar y él se siente ofendido. “No me quedaré donde no me quieren”, afirma para luego ir a ahogar sus penas en la bebida. Esa misma noche, Narin comienza a sentirse muy mal y Sila convence a Boran de que la lleven al hospital. “Tenía cuatro meses de embarazo, pero sufrió un aborto”, informa el médico.

Nada más saber lo sucedido, Azad corre junto a su esposa y toma una inesperada decisión. “Ya no hay razón para que nos quedemos aquí. Haz lo que sea necesario para escapar”, pide a Sila. Por eso, ella llama a Emre para que ponga en marcha su plan.

Firuz obliga a su hijo a cumplir las leyes del clan

Con el paso de los días, Narin se recupera y pide a Azad visitar la tumba de su abuela. Sila los lleva y, mientras espera, ve un cordero y corre hacia él sin saber que se ha adentrado en un campo de minas. En ese momento, llega Boran y no duda en arriesgar su vida para salvar a su esposa. Una vez pasado el susto, Sila busca a Ayse y promete ayudarla.

Poco después, Boran se reúne con el hermano de la muchacha y lo convence para que no la dé en matrimonio por obligación y sí por amor. “Solo pienso en su futuro. Hüseyin es muy pobre, pero es bueno y si así lo desea dejaré que se casen”, afirma el hombre.

Sin embargo, todo cambia cuando la policía halla la parte de la producción que robaron de la empresa en mitad de unas tierras y toda quemada. El líder de los Genco, lleno de furia, interroga a sus trabajadores. “Fue un error. Tememos a Cihan y por eso nos involucramos en esto”, acaban confesando Ahmed y Hüseyin. De inmediato, despide a ambos y cita a su primo. “¿Crees que no sé lo que sucedió? Si tienes un problema conmigo, enfréntame, pero no te vuelvas a meter con nuestro trabajo. Ten cuidado o serás tú quien se queme”, le advierte.

De regreso a casa, Boran soporta los reproches de su esposa por separar a Ayse de Hüseyin. “A veces la persona que amas no es quien crees y ella se equivocó”, se justifica. Para colmo, una de las vecinas llega pidiendo su protección pues van a casarla con el hombre que la ha embarazado fruto de una violación y Firuz se lo prohíbe. “Nuestra tradición está para cumplirla”, sentencia.

Cihan, por su parte, lee una noticia hablando de la misteriosa desaparición de la heredera de la empresa Özdemir y, decidido a vengarse, se comunica con los periodistas: “Busquen en Mardin”.

En pocas horas, rodean la casa de los Genco y Boran trata de calmarlos: “Sila es mi esposa, pero no creo que a nadie le interese mi vida privada”. Mientras, la joven habla con Emre para ultimar los detalles de su huida.