Presionada por su madre, Vanessa acepta casarse con Edson Olivares y Alberto le asegura que está cometiendo un error. Por el contrario, Paulino la felicita al enterarse de la noticia: “Ya tienes lo que tanto querías, un novio millonario. Ojalá seas muy feliz y te olvides de mí”. El doctor Bazán es incapaz de reprimirse por más tiempo y se declara a Marina. “Te admiro por tu valentía y has despertado sentimientos que tenía olvidados. Me estoy enamorando de ti”, afirma antes de intentar besarla.

La joven lo rechaza y reacciona de mala manera, aunque ante las disculpas de él, se anima a contarle su pasado amoroso: “No quiero que te hagas ilusiones porque el único hombre en mi vida es mi hijo Rafita. Es fruto de mi amor con Alberto Ocaranza, pero él no confió en mí así que lo voy a olvidar y saldré adelante sola”.

Margarito se entera de que Isauro ha puesto a la venta su casa y decide mudarse a la ciudad. Convencido de que Prudencia tiene un amante, Don Luis encarga a Paulino que la espíe: “Quiero que seas su sombra”. Lo que no espera es que el muchacho avise a la propia afectada.

Ahora que se ha dado cuenta de la nobleza de Marina, Encarnación trata de interceder por su hijo: “Está muy apenado y por su estupidez no puedes dejar de progresar. Debes pensar en lo mejor para tu bebé”. De hecho, consigue su objetivo y la joven acepta trabajar como asistente en el hospital. “No volveré a hablar de mis sentimientos”, promete Bazán.

Después del accidente que sufrió, Margarito viaja a la capital para someterse a unas pruebas médicas y Yolanda lo acompaña. Marina está feliz de ponerles cara por fin y Lino se ve obligado a reconocer sus mentiras: “No gané ninguna audición y canto en la calle por un par de pesos. Además, trabajo como chófer en la empresa de don Luis. No quería que me vierais como un perdedor”.

Don Luis busca tener intimidad con Prudencia Ante el desinterés de Vanessa, Susana se encarga de organizar la boda y mantiene agrias discusiones con Hilda, la madre de Edson, por los gastos. “Mi hijo va a complacerte en todo, pero a tu mamá no. No va a malgastar su dinero”, dice a su futura nuera.

Erick se siente atraído por Yolanda y la invita a salir a cenar, pero ella lo rechaza. Por casualidad, Marina se cruza con Alberto y reprocha a Ricardo que la llevará a trabajar allí. “Es un capítulo no cerrado en tu vida y creí que así podrías saber si le darías una segunda oportunidad”, explica el doctor. Sin embargo, esto solo consigue empeorar la situación y la joven decide dejar su empleo.

En ese instante, en otra sala del hospital, Ocaranza presenta su renuncia a Horacio Zamudio alegando motivos personales. “Si te vas no podrás terminar tu especialidad. Estás cometiendo un grave error”, afirma este.

Don Luis busca tener intimidad con Prudencia, pero ella se muestra esquiva y le dice que tiene que volver a conquistarla. Horas después, la sigue a escondidas cuando sale acompañada por Angustias y se sorprende al verla entrar en una vecindad. “Su esposa todavía está en la fundación”, le miente Paulino por teléfono y sus sospechas sobre una posible infidelidad no hacen más que aumentar. Finalmente, y tras recapacitar, Marina y Alberto deciden conservar sus trabajos en el hospital. “Nuestro trato será estrictamente profesional”, acuerdan.

Llega el día de la boda de Vanessa y esta llora desconsolada al ver que Paulino la espera para llevarla al altar por orden de don Luis. “Detén el coche y vámonos lejos. Yo te amo a ti”, asegura la joven. Por desgracia, él no accede y ella termina dando el “sí, quiero” a Edson Olivares. Su semblante serio durante el convite posterior contrasta con la alegría de Hilda y de Susana.