Susana sigue presionando a Vanessa para que convenza a Edson de que le asigne una mensualidad. “Estoy desesperada, van a echarme del apartamento. Hilda quiere que me ponga a trabajar con una panda de ordinarios como cargadora”, afirma. No contenta con esto, propone también a su hija que pida a su esposo costosas joyas como regalo para poderlas empeñar, pero ella se niega. “Yo tampoco estoy pasándolo bien. Me casaste con un tipo sin educación, mentiroso y avaro. No sabes el asco que me da”, reprocha a su madre.

A la salida de su terapia con Lucrecia, Toribio se cruza con don Luis por los pasillos y se altera. “¡Eres el diablo! Quisiste matarme”, repite sin cesar. Por ortuna, Alberto lo ve y lo atiende.

El doctor Bazán trata de conquistar a Marina, pero no puede evitar sentir celos cada vez que la ve cerca de Alberto. Motivos no le faltan, ya que la joven confiesa a Damiana que todavía no ha olvidadoa Ocaranza. “Dejaste ir tu oportunidad cuando te pregunté si la amabas así que ahora aléjate deella”, exige el médico a su rival.

En una cantina, Edson disfruta con sus amigos y no ve que uno de ellos trata de sobrepasarse con Vanessa. Por eso, en un descuido, ella aprovecha y se marcha. Sin embargo, lo peor está por llegar ya que su esposo aparece en casa totalmente ebrio y la golpea: “Me hiciste quedar como un idiota. Que sea la última vez que me dejas plantado”.

Vanessa sufre una fuerte crisis nerviosa y Alberto debe atenderla. “No puedo más. Odio a Edson. Sácame de aquí, por favor”, le suplica ella entre lágrimas. Llega el día del bautizo del pequeño Rafita y don Luis y Prudencia no se lo pierden. Tampoco la familia Bazán ni Yolanda y Paulino, que ejercen e padrinos. Todos se divierten en una sencilla reunión en la vecindad hasta que Toribio vuelve a ver a Ocaranza. “Él fue quien intentó matarme”, lo acusa.

Edson opta por no ingresar a Vanessa y llevarla a un balneario para que se relaje. “¡No quiero nada de ti, solo el divorcio!”, grita ella después de que la golpee y la viole. Acto seguido, intenta escapar, pero él la persigue y durante el forcejeo, caen por un balcón.

De inmediato, son traslados al hospital, pero Olivares llega en estado crítico y los médicos solo pueden certificar su muerte para desolación de Hilda. Por el contrario, sí consiguen estabilizar aVanessa y Paulino no duda en visitarla. “Que voy a hacer sin ti. Tienes que luchar”, balbucea. Susana llega en se instante y lo echa. “Todo esto es culpa tuya. Eres la peor madre que he conocido”, espeta él antes de irse.

Decidido a terminar con su tormento, don Luis confiesa la verdad a Prudencia y a Marina:“Fue un accidente. Cuando era niño, estaba aprendiendo a cazar y un tiro impactó en Toribio”. Más tarde, se disculpa con el anciano. Por petición de Lucrecia, el doctor Zamudio evalúa el casode Isauro y le da esperanzas de volver a ser la persona de antes del incendio. Este acepta someterse a varias cirugías reconstructivas con una sola condición: “Cambie por completo mi rostro. Quiero verme diferente”.

Con el paso de los días, Vanessa evoluciona favorablemente y le dice a Paulino que ya es libre para amarlo. “Lo nuestro terminó. Ahora estoy con una mujer que me quiere de verdad y no se avergüenza de mi condición”, responde él. Cerca de allí, Alberto confiesa a Erick que no ha podido sacar a Marina de su corazón.