Rodrigo no acepta que Adela se marche a Chicago y se presenta en la revista con un grupo de pandilleros armados. “Tráiganme a Erick Villalta para hablar con él y nadie saldrá lastimado”, ordena. Jacob logra echarlo y se comunica con Cristóbal para denunciarlo.

Cuando minutos después la joven entra en la pista, unos pandilleros la abordan y le apuntan con un arma, pero por suerte, aparece Carlos con refuerzos policiales y le salvan la vida. Colmillo y Yei huyen antes de que los atrapen.

Al saber lo ocurrido, Greicy convence a Rodrigo para que huya: “Vas a ser el principal sospechoso. Cometiste el error de amenazarlo”. Y añade: “No soportaría que vuelvas a la cárcel. A pesar de todo yo te sigo queriendo”.

Rodrigo consigue burlar la vigilancia de la policía y encontrarse con Adela. “Yo no lo maté, fue Colmillo. Mi padre es sagrado, jamás pondría en peligro su vida”, asegura mirándola fijamente a los ojos. Finalmente ella le cree y lo oculta en su hogar.

Armándose de valor, María busca a Jacob y le declara su amor: “Te necesito a mi lado”. Emocionado, el empresario se lanza a sus labios y se entregan a la pasión por primera vez. “Gracias a ti me he liberado de todos mis miedos y culpas. Estoy más feliz que nunca”, declara ella.

Mientras tanto, Morales recibe una llamada de Suárez para verse y ella acude sin saber que es otra trampa de Colmillo. Por suerte, Carlos se percata a tiempo, se la lleva en su camioneta y se esconden en un hotel. “No quiero separarme nunca más de ti”, dice él después de hacer el amor.

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