Pese a las súplicas de Susy y Luis, Cristóbal llama a los Sanders y a Adela para informarles de que están detenidos en comisaría. “No vuelvas a acercarte a mi hija, estás destrozando su vida. Eres tan delincuente como tu hermano”, grita furiosa Débora y luego le da una bofetada. Morales le recrimina su actitud, aunque acepta que los jóvenes hicieron mal en verse a escondidas.

Por casualidad, Colmillo conoce a Carlos en La Frontera y lo usa para amenazar a El Faier: “Si en las próximas 48 horas Morales no aparece muerta, tu padre estará bajo tierra”. Sin perder tiempo, se dirige al sótano donde esconde a la mujer que va a hacer pasar por la hija de Laura y la mata.

Mientras que Carlos pide ayuda a sus amigos para preparar una fiesta sorpresa donde casarse con Adela, María sigue sin resolver sus conflictos con Rodolfo. Para colmo, debe explicar a sus hijos que Álex es su hermano y les ruega que no lo rechacen.

Temiendo por la vida de Greicy y su hijo, Rodrigo le pide que se vaya por un tiempo de la ciudad. “Recuerda que voy a estar esperándote”, se despide la enfermera.

Por una imprudencia, Susy escucha que sus padres la van a mandar al extranjero y telefonea a Luis: “Tenemos que fugar nos ya, no pueden separarnos”. La chica vende su automóvil y compra dos billetes para viajar a San Diego.Rodrigo se decide a hacer una sorprendente confesión cuando Adela lo enfrenta por matar a una mujer para salvarla ante La Colonia: “Lo hice porque te amo. Te veo y no me puedo controlarme”. Morales no da crédito a lo que escucha y entre lágrimas afirma que el único hombre de su vida es y será Carlos.

El jefe de Juana sigue obsesionado con ella por lo que trata de renunciar a su empleo sin éxito. “Tienes deudas que saldar conmigo”, asegura Alan.

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