Adela, Rodrigo, Jacob y Carlos encuentran a Susy y Luis en San Diego y los llevan de vuelta a casa. “Pasé mucho miedo y estoy muy arrepentida de lo que hice”, manifiesta a Débora la joven entre lágrimas. Y añade: “Por favor, no me mandes a estudiar al extranjero, te prometo que voy a terminar mi relación con él”.

Cansada de la presencia de Colmillo en su vida, Felicia busca a Willy y le pide que se deshaga de él: “Ese hombre está obsesionado con mi hijo y conmigo”. Sin pensarlo, el joven la ayuda e intenta envenenar a su jefe, pero se equivoca y la víctima es Yei.

No contenta con esto, la empresaria vuelve a amenazar a Adela con revelar su conversación con Rodrigo si no se aleja de Carlos definitivamente. Sin saber que hacer, la joven se lo cuenta al pandillero y este la besa a la fuerza. “Sí, amo a Mati”, admite cuando María, que ha presenciado la escena, lo cuestiona.

Furioso, el jardinero busca a su hijo y le exige que se no acerque a Luis: “No quiero que lo enredes en tus sucios negocios”.

Con el pretexto de un viaje de negocios, Alan obliga a Juana a quedarse en su casa. De madrugada, aparece con el rostro cubierto y droga a la sirvienta para abusar de ella. “No me toque. Su olor es el mismo que el de mi violador”, grita cuando pasados unos días aparece su patrón. Al saberse descubierto, el hombre la amenaza para que guarde silencio.

Jacob y Débora mantienen una fuerte discusión cuando esta prefiere atender una llamada de una amiga que ayudar a su hija. “Para ti lo único importante es mantener las apariencias. Esto se acabó, quiero separarme”, zanja él.

Isabel, por su parte, comienza a trabajar en la comisaría con Cristóbal y se interesa en él como hombre. “Me estoy enamorando”, admite ante María.

Sin saber que es una trampa para acabar con él, Carlos acude a su cita con Colmillo en La Frontera. Por suerte, Gacho advierte a Rodrigo, que logra entrar por la puerta trasera del bar y rescata a su padre. Acto seguido, saca un arma y dispara a Giménez.

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