Semanas después del ingreso de Rodrigo en prisión, comienza el juicio en su contra. Mientras que a las puertas se concentra una multitud de ciudadanos pidiendo su indulto, en la sala testifican Jacob, Greicy, Adela, Carlos y Yei, que lo acusa de liderar pandillas y de acabar con la vida de Erick y Colmillo.

Al día siguiente, el juez comunica la peor de las sentencias: “Dicto pena de muerte por los delitos de tráfico ilegal de drogas, armas e inmigrantes y por los homicidios de Matías Morales, Erick Villalta y Colmillo”. La familia Martínez se derrumba al oírlo y le prometen acudir a las instancias necesarias para salvarlo.

Cristóbal sigue sin tener noticias de Felicia e Isabel trata de animarlo con una declaración de amor: “Gracias ti yo me supe valer por mí misma y le di una vida digna a mi hijo. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Te quiero”.

Adela pasea por Los Ángeles y se impacta al ver a Felicia viviendo como una indigente. “Perdí todo y ya no me queda nada”, admite esta. Lejos de buscar venganza, Morales telefonea a Cristóbal y le pide que vaya a verla.

Pasados unos meses, Juana se reúne con su pequeña Camila y forma una familia con Santiago, Felicia cuida niños huérfanos en un convento, Adela obtiene los papeles de residencia en Estados Unidos y Susy y Luis se dan el “sí, quiero” en una emotiva ceremonia. “Propongo un brindis por los presentes y por los ausentes porque nuestros corazones laten bajo el mismo cielo”, dice Carlos.

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