La belleza de Beatriz ha cautivado a Juan Andrés y a su hermano Luis David. Ella, de momento, está centrada en su lucha ecologista y exige estar presente en la comisión directiva de la empresa o los denunciará.

Intrigada por la misteriosa hija de César Augusto, Federica interroga a Silvestre, el mayordomo, y más tarde abre la caja fuerte de la casa, quemando toda la información referente a Marina Lozano. Al irse, una foto queda en el suelo y la encuentra Fernanda.

Mientras, Vanessa monta un escándalo a su exnovio. “Lo nuestro se acabó. Ni siquiera somos amigos”, contesta Juan Andrés, que ha puesto sus ojos en Beatriz y va a buscarla. “Te quiero”, dice, dándole un ramo de flores. Aunque la estudiante se resistía a enamorarse, acaba reconociendo que también siente algo por él.

Días después, se celebra una reunión familiar para ver cómo se divide la herencia de César Salvatierra. Cuando ya han logrado un acuerdo, Montalvo echa todo por tierra con un escrito del juez. “Hay que esperar a que aparezca la hija que falta para poder disponer del dinero”, concluye.

Por su parte, Lorena, la última amante que tuvo el empresario, guarda un as en la manga: antes de morir, él congeló espermatozoides y ella quiere inseminarse para acceder al reparto.

Sintiéndose humillada, Vanessa se emborracha y propone a su amiga Corina salir esa noche. Sin pensarlo, se suben en un coche y chocan contra un árbol.

Por otra parte, Miguel ha desaparecido y todo indica a que se ha llevado la recaudación del dinero del restaurante de sus padres. “No es posible que haya sido él”, dicen sorprendidos.

Lejos de ahí, Juan Andrés y Bea se juran amor eterno cuando él recibe un mensaje de su padre: “Han localizado a la hija de César”. El abogado no imagina que se trata de la mujer que tiene entre sus brazos… Al regresar a casa, la ecologista cuenta a su ‘hermana’ Liliana que ha dejado a Marcelo por otro hombre. Sin perder el tiempo, Egaña se fija en Fernanda y Federica, cualquier de las dos le sirve para su objetivo de entrar a formar parte de la acaudalada familia.

Napoleón llega golpeado y dolorido. Balmore lo ha tenido secuestrado unas horas para quitarle el coche y así cobrarse lo que le debía su padre. Blanca, angustiada por su hijo, llama a una ambulancia.

Poco después es Miguel quien se presenta en Villa Salvatierra a pedir trabajo y gracias a la intervención de Elia es contratado como chófer. “Parece un chico muy responsable”, afirma la chica.