Felicidad fugaz

Gabriel llama a su madre para citarla en la tienda; tiene que darle una noticia. Al principio, Antonia se alarma, convencida de que es algo relacionado con el difunto Damián, pero no podría estar más equivocada: se va a casar.

Diana y Rodolfo tienen diferentes estrategias para cerrar un importante acuerdo con un empresario de automóviles. Él es partidario de llevarse al empresario a cenar y a un burdel. “Cosas de hombres”, según dice. Lo que desconoce es que en ese burdel se prostituye Amalia, la madre de su hijo…

Mientras tanto, Gabriel y Úrsula disfrutan del día más feliz de su vida: el de su boda. Ambos se muestran encantados. Pero la fiesta se verá empañada por un inoportuno descubrimiento: el novio es acusado del asesinato de Damián.

Celia deja por un día las clases a Benito para dar un discurso por la causa sufragista en el que se muestra decidida a llegar hasta el final para defender los derechos de las mujeres. Sin embargo, sus decisiones traerán consecuencias y son detenidas.

Su Majestad, la Reina, promete a Blanca interceder ante el obispo para que éste abandone su particular cruzada contra las Damas Enfermeras. A cambio, Blanca deberá apartar del proyecto al doctor Nordau, el médico recién contratado, por su condición de judío.

Entre tanto, Ciro, con la ayuda de Salvador, organiza una salida para llevar a Elisa a ver la nieve. Esto trastoca los planes de la pequeña de las Silva, deseosa de verse con León y rechaza la propuesta de su marido, mintiendo y utiliza como coartada a su padre, que aprovecha para acercarse a ella.

Don Ricardo quiere que la Cachetera atienda a un empresario muy violento en el burdel. Con miedo, la angustia supera a la joven y ella recibe una proposición inesperada por parte de Rodolfo.
 

Cata convalece en el hospital tras la explosión y Celia se da cuenta de que Velasco sabe que las sufragistas son las autoras del atentado…

El resto de las sufragistas está en la cárcel, pero cuando Celia pide a Velasco que le ayude, este se niega. “No puedo hacer nada. Ya os lo advertí”, dice descolocando a su amiga.

Por sorpresa, Blanca recibe la visita de Amelia, pidiéndole que interceda por ella ante don Ricardo. No es la única cosa que le asombra pues pronto se entera de que planea su boda con Rodolfo.

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