Dominique se ha ofrecido a quedarse con los hijos de Jennifer para que Stella y Poncho puedan casarse en Las Vegas, pero la novia no va a dar un paso tan importante sin su amigo y decide retrasar el enlace hasta que llegue. Por suerte, la mujer no tarda en aparecer para alegría de los tres amigos.

Sin embargo, La Mojarrita tiene que hacer algo importante antes. Como Manuel ha rechazado que intervenga en una posible reconciliación con Chivis, la joven visita a quien fuera su rival y le aconseja que vuelva con Gallardo: “Él te ama de verdad y cometerás un gran error si lo dejas escapar”.

Ajena a esto, Trini lleva a don Benito a visitar la tumba de su difunto esposo, Raymundo Rivapalacios, con intención de “pedirle permiso” para ser novios. Tras tomar el silencio como respuesta afirmativa, ambos comunican a sus respectivas familias que están oficialmente comprometidos.

Ante la falta de noticias de Antonio José, su esposa teme que haya salido del país y de nuevo haya abandonado a sus hijas y Gallardo, que no puede verla sufrir, toma una determinación. En secreto, se pone en contacto con el empresario para hacerle una proposición: “Me alejaré de Chivis a cambio de que regreses con tus hijas y trates de reconquistarla portándote bien con ella”.

Solo unas pocas horas después, la mujer recibe dos mensajes. El primero es de Manuel: “Nunca olvides que te amo y que tu felicidad es lo más importante para mí”. En el segundo, Villaseñor le da la dirección de su apartamento y, con el corazón destrozado, Silvana decide acudir a la cita.

Más emotivo resulta el reencuentro de don Benito con su hija Rocío que se ven tras muchos años distanciados.

Ha llegado el día de la marcha de Lucía y, con sentimientos encontrados, la muchacha se despide de su familia para emprender una nueva vida en México junto a Andrés. “Aquí estaremos cuando nos necesites”, le dice su padre antes de abrazarla con cariño.

En ese instante, en la mansión Villaseñor, se celebra una fiesta con motivo del excelente expediente académico de Angie. Es también el momento que Antonio José escoge para comunicar a Chivis su decisión sobre su matrimonio: “Quiero que nos divorciemos. Por fin me he dado cuenta de cuánto te ama Manuel y también de que ese amor es correspondido”. Conmovida, ella se lo agradece y corre en busca de Gallardo. “¿Quieres ser mi novio?”, le pregunta antes de besarlo.

Pletóricos se sienten también Stella y Poncho. A su regreso de Las Vegas y tras varios días sufriendo náuseas, la recién casada se hace un test de embarazo y para alegría de la pareja el resultado es positivo. Sin perder tiempo, dan la noticia al mismo tiempo que Manuel y Silvana anuncian su compromiso.

A regañadientes y reprochando a Angie haberla despertado, Majo accede a acompañarla pero monta en cólera cuando la deja encerrada en una furgoneta. Después de un corto trayecto el vehículo se detiene y la joven se convierte en la invitada especial de un espectáculo donde intervienen todos sus seres queridos y que Vicente ha preparado para pedirle matrimonio. Emocionada, María José acepta el anillo que le entrega su novio.

Contra todo pronóstico, uno de los participantes en tan especial representación ha sido Antonio José, que al aceptar los noviazgos de sus hijas ha retomado la estrecha relación que los unía.

Trini, por su parte, se ha tomado muy en serio su papel de copropietaria en la panadería para diversión de Rocío y Margarita y temor de don Benito y Juanito, que se muestran sobrecogidos por las dotes de mando de la mujer.

Como colofón a tanta felicidad, Chivis y Manuel por fin pueden sellar su amor, bendecidos por el padre Sánchez y acompañados por familia y amigos en una ceremonia alegre y festiva en la terminal. Y la celebración se prolongará hasta la noche de bodas, cuando Trini y los hijos de ambos irrumpen en el dormitorio conyugal en plena guerra de almohadas. “Esto es todo lo que necesitamos para ser felices”, admiten los recién casados con una amplia sonrisa.