Gracias a la ayuda de Jorge, Lucía localiza a Andrés y lo lleva a su casa totalmente borracho y abatido. “Me quedaré con él esta noche. Ahora no puedo dejarlo solo”, informa a su padre.

Paralelamente, en el domicilio de Chivis, Antonio José sigue adelante con su plan de hacerse imprescindible para sus hijas a fin de no irse de allí. Su todavía esposa, aunque molesta, trata de contenerse delante de las chicas.

Trini ha aceptado salir a bailar con Benito, pero la velada termina antes de tiempo cuando aparece Sara y acusa a la señora de haberle quitado al panadero. Al ver a su madre despeinada y muy alterada, Chivis decide despedir a la empleada.

Los celos se apoderan de Stella cuando encuentra a Génesis en el dormitorio de Poncho y, maquiavélica, se ofrece a llevarla a casa. “Es muy valiente por tu parte aceptar que esté casado y tenga tres hijos”, miente en el trayecto a su atónita acompañante. Por suerte, al día siguiente el joven convence a su novia de que todo es una vulgar mentira.

No contenta con intentar arruinar el noviazgo de su amigo, La Mojarrita también ‘envenena’ a Villaseñor: “Manuel está enamorado de tu mujer, él mismo me lo dijo”. Pero el empresario no va a quedarse de brazos cruzados…

Al día siguiente es el cumpleaños de Chivis y nadie parece acordarse, por lo que se cita con Manuel para celebrarlo. Sin embargo, cuando se dispone a acudir al romántico encuentro, Angie y Majo irrumpen en la oficina y se la llevan a un elegante restaurante donde esperan Trini, Lupita y Antonio José.

Después de la cena, y mientras Gallardo regresa a casa decepcionado y triste por el plantón, Villaseñor lleva a su familia a la mansión que fue su hogar y entrega las llaves a Chivis: “Este es mi regalo de cumpleaños. Hoy mismo podéis dormir aquí, yo pasaré la noche en un hotel para que no te sientas incómoda”.

La noticia de la mudanza de las vecinas pronto llega a oídos de los Gallardo, que no entiende nada. Las únicas que parecen felices son Margarita, que espera tener el camino libre para reconquistar a Jorge, y Stella, que se apresura a ocupar el piso que ha dejado su rival.

Antonio José, por su lado, quiere asegurarse de que todo sale como espera y paga a Esteban para que espíe a su familia. Su plan empieza a peligrar cuando Poncho les cuenta a Manuel y a Chivis que la mudanza de Stella fue planeada entre ella y Villaseñor.