Para impedir que Ana Lucía le arrebate el cariño de Ana Laura, Ana Leticia se caracteriza como ella y le dedica unas crueles palabras: “Lo único que me interesa de mi nueva familia es su dinero. No os quiero a ninguna de las dos en mi vida”.

Ajena a esto, la noble trilliza conversa con Ernestina y rechaza vivir con ella para no estar cerca de Santiago. Al enterarse, Mariano le dice que no permitirá que se aleje nuevamente de ellos y le ofrece que se instale en su apartamento, pero ella le pide tiempo. Lo que sí acepta es hacer un viaje a Europa juntos. “Pero a cambio quiero que Soledad salga de la cárcel”, manifiesta.

Por su parte, Remedios aconseja a Marcelo que perdone y ponga fin a la venganza contra todos los que le hicieron daño.

Aprovechando el dolor de Ramiro por la muerte de Edmundo, Maribel le brinda su apoyo, se atreve a confesarle su amor e incluso le roba un beso. Ana Laura aparece por sorpresa y fuera de sí, se niega a escuchar las explicaciones de su novio. “Solo has estado burlándote de mí. Nuestro compromiso se terminó”, zanja.

Viridiana sigue dudando del estado de Ana Leticia y tras leer unos informes sobre la esquizofrenia, comenta a Mariano que la joven muestra todos los síntomas de esta enfermedad y necesita ayuda médica. “No es cierto. Lo mejor será que te alejes de mis tres sobrinas y de mí”, responde él visiblemente molesto.

Dispuesto a saldar cuentas con sus enemigos, Facundo cita a Orlando en un parque de madrugada y le da un certero tiro en la cabeza delante de Iñaki y Ana Leticia. Acto seguido dispara a Nájera y no permite a Álvarez del Castillo que lo auxilie: “¿Pensabas salvar tu matrimonio acostándote con este imbécil? Ahora vas a montarte en tu coche y regresar a casa con tu esposo”.

Una vez allí, la pérfida trilliza soporta las quejas de Marcelo por sus engaños y llora frustrada al pensar que el único hombre al que ama es Mariano y es una infeliz porque jamás podrá tenerlo. Aun así, se niega a darle el divorcio a su marido: “Te prefiero muerto antes que en brazos de mi hermana o cualquier otra mujer”.

Mientras que Chana revela a Ernestina que Soledad, la mujer a quien tanto odia por secuestrar a Ana Lucía, es su hermana y todas las desgracias sucedidas en su familia son por culpa de Evaristo Guerra, Mariano visita a la mujer en la cárcel y le ofrece su libertad a cambio de que se aleje de su sobrina. “Eso jamás”, contesta.

Ana Leticia se queda impresionada al encontrar a Iñaki ensangrentado y con vida en su habitación. Con furia el joven le recrimina que no lo auxiliara, pero su amor es tan fuerte que termina perdonándola: “Lo primero que hice al abrir los ojos fue pensar en ti. Tuve mucho miedo de perderte porque te quiero”.