Camila se ilusiona al saber que Mariana organizó una cena con los Gómez-Ruiz y provoca los celos de Fernanda al asegurar que quizá pueda anunciar su compromiso con Carlos. Sin embargo, a última hora el médico decide no asistir y busca a su amada: “Si ella se muestra interesada en mí es porque Felipe le mintió y tú te niegas a decirle que estamos juntos”.

Cansada de los engaños de la primogénita Altamirano, Blanca la delata ante Fernando: “Siempre ha estado enamorada de Luis y Amelia ha sido su víctima”. El anciano se pone muy mal y la mujer amenaza con despedirla.

Por fin, Fernanda se arma de valor y le confiesa a Camila que entre ella y Carlos nació una bonita historia. “Nunca he estado enamorado de ti, fue un invento de Felipe”, le confiesa el médico instantes después. No obstante, ella sigue adelante con su proyecto para conquistarlo e incluso se plantea acostarse con él.

El detective Solórzano le cuenta a Luis que Altamirano nunca salió del país y no tarda en informar a Fernando. Más tarde, recibe la visita de Blanca y le pide que acepte sus responsabilidades: “Tu hija sí esta viva. Sé que Amelia se quedó embarazada y el jardinero se tuvo que hacer cargo”.

El fin de su noviazgo con Carlos sume a Isabela en una depresión y tras suplicarle a Marissa que la ayude a recuperarlo, ahoga sus penas en alcohol.

Entre tanto, el joven disfruta de la compañía de Fernanda y la lleva a la mansión de Altamirano para presentársela como su novia. “Hija mía, volviste a mí. Por fin me perdonaste y estás aquí”, dice este con lágrimas en los ojos nada más verla y la abraza. Blanca intenta tranquilizarlo y le hace ver que aunque guarda un gran parecido, no es ella.

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